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LA VERDAD RESTAURADA

El Pensamiento Mormón sobre la Madre Celestial

Hay ciertas doctrinas mormonas que curiosamente se tratan en forma especial en los manuales, o simplemente no se tratan, y a veces nos entra la duda si será o no doctrina mormona oficial de la Iglesia. Una de ellas es la doctrina de la Madre Celestial, que debemos reconocer que su existencia explícita no nos enseñan las escrituras, ni la Biblia, ni el resto de los Libros Canónicos. La existencia de Ella es inferida por otras doctrinas y escrituras que permiten que sea una idea razonable en el pensamiento mormón.
La doctrina mormona del progreso eterno que establece que el ser humano es co-eterno con Dios, desde un origen pre espiritual con potencial de llegar a convertirse en dioses, siendo requisito imprescindible el tener un matrimonio eterno (D&C 131), sellado en un templo por el poder del sacerdocio; nos hace deducir que Dios siguió ese camino, realizando esta ordenanza por sí mismo cuando estuvo en su estado probatorio.
Inicio de la doctrina
En el famoso discurso de José Smith en los funerales de King Follett dijo:
¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre glorificado, y está sentado sobre su trono allá en los cielos! . . . El primer principio del evangelio es saber con certeza la naturaleza de Dios, y saber que podemos conversar con Él como un hombre conversa con otro, y que en un tiempo fue hombre como nosotros; sí, que Dios mismo, el Padre de todos nosotros, habitó sobre una tierra, como Jesucristo mismo lo hizo; y voy a probarlo por medio de la Biblia. (Enseñanzas del Profeta José Smith pág. 192).
Si razonamos que pudo Dios haber tenido las mismas leyes para lograr la exaltación, podríamos entender que siguió los mismos mandamientos nuestros, como el del matrimonio:
En la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el más alto, el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]; y si no lo hace, no puede alcanzarlo. Podrá entrar en el otro, pero ése es el límite de su reino; no puede tener progenie. (D&C 131:1-4)
Cuando leemos Génesis 1:27 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”, entendemos que así como el hombre al casarse con la mujer por decreto divino llegan ser “una sola carne”, Dios y su esposa también son uno y que “a imagen de Dios” significaElohim y Su esposa, de otra forma Elohim sería masculino y femenino.
Según cuenta la historia, José Smith le enseñó este principio a Eliza R. Snow, una mujer muy talentosa al inicio del mormonismo, quien con sus dones de poetiza lo hizo verso y se convirtió en un himno que hasta el día de hoy es de los más cantados en las congregaciones mormonas, siendo llamado originalmente Padres en el Cielo, y hoy conocido como Oh Mi Padre (Himno 187), que dice:
¿Hay en los cielos padres solos?

Clara la verdad está;

la verdad eterna muestra:

madre hay también allá..
Citas oficiales
Hasta 1909 no hubo citas de la Primera Presidencia sobre la Madre Celestial, hasta que Joseph F. Smith y sus consejeros publicaron un artículo sobre la Evolución (Anti-Darwin) llamado El Origen del Hombre, aquí dejo un par de citas de ese artículo que lo pueden encontrar en el manual de Mi Reino se Extenderá páginas 76-78:
La doctrina de la preexistencia, revelada con tanta sencillez en estos últimos días, derrama un torrente de luz sobre lo que de otro modo sería considerado el "misterioso problema del origen del hombre". Esta doctrina enseña que el hombre, como espíritu, fue engendrado y nació de padres celestiales, y creció hasta la madurez en las mansiones del Padre antes de venir a esta tierra en un cuerpo carnal a pasar por la experiencia mortal.

El hombre es el hijo de Dios, formado en la imagen divina e investido de atributos divinos, y así como un hijo de madre y padre terrenales puede llegar a ser un hombre a su debido tiempo, así la progenie aún sin desarrollar y que viene de padres celestiales, puede, mediante el aprendizaje a través de las épocas y siglos, evolucionar hasta llegar a ser un Dios. (Improvement Era, noviembre de 1909, págs. 75-81.)

Pero siempre es bueno, al estudiar una doctrina, encontrar citas más frescas de profetas mormones, más que de Autoridades Generales, y de esa forma seguir a los profetas vivos más que a los muertos. Dentro de la literatura oficial mormona de los últimos 50 años encontramos en La Familia una Proclamación Para el Mundo la siguiente referencia:
Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija procreado como espíritu por padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos.

En el manual de La Mujer Santos de los Últimos Días parte A, encontramos en Lección 9 la siguiente cita:
Al dirigirse a las jovencitas Santos de los Últimos Días en la ciudad de México, el presidente Spencer W. Kimball dijo: “Ustedes son hijas de Dios… fueron hechas a la imagen de nuestra Madre Celestial… El cuerpo de ustedes es sagrado y de gran valor para ustedes” (en Conference Report, Conferencia de Área de la ciudad de México y de Centroamérica, 1973, pág. 108).

En el Manual Principios del Evangelio, Capítulo 2, en la lección sobre Nuestra Familia Celestial hay varias citas no directamente a la Madre Celestial, pero sí a los Padres Celestiales:
Nuestros Padres Celestiales nos proporcionaron un hogar celestial mucho más glorioso y hermoso de lo que puede ser cualquier lugar aquí en la tierra, y en el que fuimos muy felices. Sin embargo, ellos sabían que no podríamos progresar más allá de cierto punto determinado, a menos que los dejáramos durante algún tiempo. Nuestros Padres Celestiales deseaban que nosotros desarrolláramos las cualidades divinas que ellos poseían. Para que eso fuera posible tendríamos que dejar nuestro hogar celestial para ser probados y obtener experiencia. Deberíamos escoger entre lo bueno y lo malo; nuestro espíritu adquiriría un cuerpo físico que abandonaría a la hora de la muerte, y con el cual se reuniría nuevamente en la resurrección, para recibir entonces un cuerpo inmortal semejante al de nuestros Padres Celestiales. Si pasábamos todas las pruebas, podríamos recibir la plenitud de gozo que nuestros Padres Celestiales han recibido (véase D. y C. 93:30–34).
Existen, por supuesto, muchas otras citas no oficiales, como Elder McConkie en Doctrina Mormona, o de J. Ruben Clark, Orson Pratt, pero analizarlas no nos llevaría al tema del pensamietno oficial de la Iglesia.
Efectos de la poca difusión

Debemos reconocer, aunque he puesto algunas citas, que la doctrina mormona de la Madre Celestial no es una doctrina altamente difundida por la Iglesia, no es un tema a tocar en manuales o clases ni discursos en las conferencias generales, pero ahí está. La poca difusión de esta enseñanza ha llevado a especular que probablemente Dios no desea difundir la existencia de ella para que no profanen Su nombre, o alguna idea similar.
Hay algunos sectores feministas que han impulsado una teología sobre ella que ha llevado a algunos a orarle a ella por ser parte de la Divinidad, pero el Presidente Hinckley enseñó con claridad que eso era impropio, básicamente porque Cristo nos enseñó a orar al Padre Celestial explícitamente.

Conclusión
Como conclusión creo personalmente que sí existe la Madre Celestial, por lo menos una, que ha sido parte de las enseñanzas o creencias de Iglesia desde Nauvoo hasta hoy. Esta creencia surgió por el correcto entendimiento de las escrituras y doctrinas infiriendo correctamente la existencia de la Esposa de Elohim. La poca o nula difusión de esta doctrina es causada por la política de la Iglesia de difundir aquellas doctrinas con un fuerte y marcado apoyo en las escrituras y enseñanzas de los Profetas.

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