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LA VERDAD RESTAURADA

Sobrellevando el Estrés de la Crisis

Sobrellevando el Estrés de la Crisis

Pareciera que las palabras estrés y crisis han contraído matrimonio en estos últimos meses. A las características del stress de la vida cotidiana, el que sobrellevamos más o menos bien, se le suma la crisis mundial que nos llena de incertidumbre y nos altera un poco más.

Muchas veces escuchamos que debemos actuar con longanimidad, paciencia, mansedumbre y humildad. Esta es una buena oportunidad para ponernos a prueba a nosotros mismos y averiguar cuánto tenemos de estas virtudes.

Longanimidad

Esta extraña palabra que al asistir a seminarios relacionamos con longaniza o elongación por sonar parecidas en nuestros oídos, se refiere a la buena actitud al enfrentar cualquier situación.

Claro, no es lo más fácil de lograr. Especialmente cuando el lavarropas se descompuso y nuestro esposo nos advirtió hasta el cansancio “cuiden todo que hay poco trabajo y no podemos malgastar”. Nuestro hijo llega de la escuela con las zapatillas rotas luego de una jugada increíble mientras “gambeteaba” a tres compañeros que luego le cayeron encima terminando de romper las únicas zapatillas que estaban en condiciones. Nuestra madre ya mayor nos llama por teléfono para recordarnos que los próximos tres meses vivirá en nuestra casa (no puede vivir sola y la “compartimos” todos los hijos). Nuestra hija casada, muy angustiada nos avisa que quemó la olla que le prestamos. Y una vecina nos cuenta con alegría desmesurada que se va de viaje a Londres por un congreso del marido, mientras pensamos que daríamos cualquier cosa por participar de un cursito en el Congo Belga, solas.

Mantener buen ánimo requiere de disciplina mental para saber controlar aquellos pensamientos que nos hacen sentir mal. El profeta Joseph F. Smith enseñó que “no [temía] tanto de la influencia de los enemigos de afuera como la de los que llevamos dentro”1. Si somos capaces de recordar que las pruebas no serán eternas, si mantenemos nuestra mente ocupada en resolver lo que podemos resolver, si dedicamos nuestro esfuerzo a seguir cumpliendo nuestras responsabilidades sin quejarnos y con alegría, es porque estamos desarrollando “longanimidad” para con todas las cosas. No es fácil en estos momentos, pero es una cualidad divina que podemos alcanzar.  Descargar articulo completo

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