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LA VERDAD RESTAURADA

Una Oficial de la CIA encuentra su fé

Una Oficial de la CIA encuentra su fé

MORMON TIMES - La luz del evangelio puede cambiar a una persona – incluso para alguien que utiliza los medios de su trabajo  para su logro personal.

Stephanie Smith había alcanzado el pináculo de su carrera y en las profundidades de su vida personal, ella encontró a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Ella señaló: -“Ser mormona era lo más improbable en el mundo”.

La hermana Smith creció  en un hogar católico, asistió a una escuela parroquial y participaba de la misa cada domingo. Pero ella se alejaba de los mandamientos de Dios al mismo tiempo de continuar con su educación y carrera. Ella Obtuvo licenciaturas de las Universidades de Harvard y del Estado de Kent avanzando rápidamente en la CIA. En el 2005, se convirtió en la primera mujer en celebrar el título de Director de Apoyo. –“Fui promovida a una velocidad que me causó asombro. En el proceso que vine a vivir por estándar, obtuve el primer lugar, y también por la constancia en la carrera”, señaló durante un servicio en una capilla este 2 de agosto. Ella misma se describe como una persona dura que creía cumplir con sus objetivos sin tener en cuenta los costos alrededor de ella. – “Si usted me hubiera observado durante un día de trabajo típico, nunca habría podido decir que era una mujer cristiana”.

Su trabajo, que consistía en el apoyo para la recolección de datos de inteligencia en todo el mundo fue “el mayor trabajo de liderazgo de mi vida” acotó.  –Ella trabajó duro. Pero después de 20 horas de trabajo y un montón de situaciones negativas de sus víctimas, comenzó a meditar en su propia vida.

Ella señaló: -“Me vi obligada a reconocer que me había convertido en una persona profundamente pecadora. Ya no sabía lo que creía o en quién creer. Me volví a Dios”.

Llamó a un colega por teléfono que admiraba, un hombre que era un miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Simplemente me ofreció  “dos mensajes claros”.

“En primer lugar me dijo que mi Padre Celestial me conoce por mi nombre y que me amaba por lo que era. En segundo lugar, me dijo que mi Padre Celestial tenía un plan de éxito para mi, pero no de éxito como yo lo había llegado a definir.  Al día siguiente me envió las direcciones dibujadas a mano del Centro de Visitantes del Templo de Washington D.C.”.

Ella fue y poco después encontró a dos misioneras tocando su puerta. Dudo en invitarlas a pasar, pensando que nunca podría referirse a su agitada y testaruda vida. La introducción de las misioneras fue con un canto, “Soy un Hijo de Dios”, ella se sintió cautivada. –“Comencé  a relacionarme con ellas y el profundo mensaje de alegría que compartieron”, acotó.

Las misioneras enseñaron a la hermana Smith durante el verano y otoño de 2006, sin el conocimiento de su familia. – señaló: “obraba como en una operación encubierta” – Cuando su esposo, Bill, finalmente se reunió con las misioneras, las acogió calurosamente. Durante los próximos seis meses, los miembros de la Iglesia ayudaron a la hermana Smith a lograr un testimonio del Libro de Mormón y de la Primera Visión del Profeta José Smith.

Ella recuerda: -“Todo el mundo pacientemente respondió a mis preguntas y me animó a leer y a orar y a saber por mí misma. No hubo ninguna presión, no coacción, nada forzado”. La participación de los miembros del barrio fue vital para que ella se uniera a la Iglesia.

La hermana Smith dice: -“Vi con su ejemplo que se trataba de una fe que podría ser practicada. Que podía ser vivida cada día, en el mundo como lo es hoy, de trabajo, de comercialización, tentaciones y distracciones”.

El momento de claridad llegó cuando la hermana Smith estaba leyendo Alma 34:26, cuando Amulek insta a sus oyentes a “derramar vuestras almas….en vuestros llermos”.

“Sabía que Amulek me estaba hablando directamente a mí. Desde ese pasaje sencillo, llegué a saber con certeza que el Libro de Mormón era verdadero”.

 

Con este testimonio inquebrantable, otras preguntas se responderían. Cuando la hermana Smith se bautizó en Enero de 2007, toda su familia le apoyó.  

Ella dice: -“Me gusta pensar que el proceso de conversión no es simplemente girar la vida alrededor y volver a hacer algo más potente que uno, literalmente es la voluntad de Dios. Me uní a la iglesia porque ya no podía negar la verdad del Evangelio restaurado y ya no podía sostener el peso de mi antigua vida”.  

La vida para la hermana Smith después de su conversión no ha sido la que muchos se consideren exitosos.  

Ella comenta: -“Irónicamente, cuando estaba viviendo una vida falta de fe, era inmensamente exitosa en la parte profesional, con más amigos y asociados con compañeros en un día” .

Pero todo cambió cuando abruptamente un nuevo equipo de liderazgo entró en potencia a la CIA en el 2006 y dejó de pertenecer a ella. Estuvo sin trabajo por cinco meses. Muchos de sus antiguos colegas que ella había considerado sus amigos no pudieron aceptar mi conversion a la Iglesia y dejaron de hablarla.  

Ella fue capaz de comenzar en otras dos agencias de gobierno, primero con el Departamento de Estado y a continuación en la Marina de los Estados Unidos, sin credenciales, amigos o compañeros, tuvo tiempo para la familia y el servicio en la Iglesia. Desde que se unió a la Iglesia, ha servido en la Presidencia de la Sociedad de Socorro y ahora es la especialista de empleo.  

Finalmente ella dice: -“Mi Padre Celestial a puesto otro tipo de asignación en mi calendario: Su obra”. Así como volver a la CIA en otra posición. Muchas personas que me rodean creen que he perdido mi posición. Pero es mi placer, mi alegría y mi deber decirles que los he encontrado”.

 

1 comentario

Alondra -

Que hermoso es el Plan que tiene Nuestro Padre Celestial para todos nosotros.
Todo es posible para el, lo hace posible para nosotros...