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LA VERDAD RESTAURADA

Toda la congregación quedó asombrada

Toda la congregación quedó asombrada

El Profeta José Smith arribó a Philadelphia el sábado 21 de Diciembre de 1839 junto a Sidney Rigdon, Parley P. Pratt, y los Elders Elias Higbee y Orrin P. Rockwell lo hicieron unos pocos días después. La misión del Profeta incluía establecer la primera unidad de la Iglesia en aquel lugar y presidir sobre la primera Conferencia de Philadelphia, así como presentar su preocupación ante el Congreso por los agravios de expulsión que habían sufrido los santos en Misuri. También tenía contemplado ayudar a organizar todo lo necesario para la predicación del evangelio en el sudeste de Pennsylvania y New Yersey Central. El hermano Robert E. Foster, fue asignado por el Profeta para llevar un exhaustivo registro de los acontecimientos que ocurrirían allí. El 4 de marzo de 1840, cuando la misión terminó, José Smith escribió en su diario: -“Dependía del Dr. Foster para mantener mi diario durante este viaje, pero él no lo ha conseguido” Mientras permanecía en aquella ciudad, el Profeta fue invitado a hablar en una de las Iglesias más grandes de Philadelphia ante un grupo de tres mil personas que asistieron para escuchar al “profeta”. La iglesia de la reunión fue la Primera Iglesia Independiente de Cristo. Temeroso de la reacción de las personas, Sidney Rigdon, fue el primer orador hablando de la Restauración del Evangelio citando varios pasajes bíblicos, evitando toda referencia a las visitas de ángeles, las visiones y otras sagradas experiencias vividas en la Iglesia del Señor. Esta timidez de Rigdon molestó tanto al Profeta José Smith que cuando hubo terminado de hablar el tomó la palabra levantándose como león rugiente, y estando lleno del Espíritu Santo, habló con gran poder, dando testimonio de las visiones que había vivido, del ministerio de ángeles y de la forma en que obtuvo las planchas del Libro de Mormón y la forma en que las había traducido por el poder y don de Dios. Sus palabras iníciales fueron: -“Si nadie más tenía el valor de testificar de un registro tan glorioso, él sentía la urgencia de hacerlo como acto de justicia por los presentes y dejo el resultado en manos de Dios”. Toda la congregación quedó asombrada, como electrizada, y dominada por la verdad y el poder con que él habló y las maravillas que relató. Elder Pratt registró: -“La impresión fue perdurable; se unieron al rebaño muchas almas. Y doy testimonio de que él, con su testimonio fue fiel y poderoso, limpió su vestido de la sangre de ellos”.

Mathew L. Davis, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, que asistió a escuchar al Profeta escribió a su esposa una carta el 6 de febrero de 1840 acerca de las apreciaciones que tuvo de oír a José Smith, en parte el escribió: -“Fui la última noche para escuchar a “Joe” Smith, exponer su doctrina. Comenzó diciendo que sabía de los prejuicios que estaban circulando en el mundo acerca de él, pero que abogaba a nosotros con respecto a esos rumores contra él o su doctrina. El estaba acompañado de dos o tres de sus seguidores. El dijo “Indicaré a ustedes nuestras creencias, mientras el tiempo lo permita. Creo que hay un Dios, poseedor de todos los atributos dados a El por todos los cristianos de todas las denominaciones, que él reina sobre todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra y que todo está sujeto a su poder”, él habló racionalmente de los atributos de la Divinidad, tales como la compasión, la misericordia, etc. Luego cogió la Biblia diciendo, “Creo en este sagrado volumen. La fe Mormona está fundada en ella. No enseñamos nada que la biblia no enseñe. Creo en la Divinidad de Jesucristo, y que El murió por los pecados de todos los hombres, habiendo Adán caído.” Aquí él entró en detalles sobre esta doctrina. Durante la totalidad de su discurso, y que ocupó más de dos horas, no hubo ninguna opinión o creencia que expresó, que calculé, en el menor grado de deteriorar la moral de la sociedad, o de cualquier manera el degradar o brutalizar la especie humana. No hubo violencia, ni furia, ni ninguna denuncia. Su religión parece ser la religión de mansedumbre, de humildad y de persuasión. He did not pretend to possess any such power. El concluyó sus palabras hacienda referencia a la Biblia Mormona (Al Libro de Mormón como se le conocía por algunos), diciendo que no contenía nada incoherente o conflictivo con la Biblia Cristiana. La Biblia Mormona, dijo, le fue revelada a él directamente del cielo….Yo he cambiado mi opinión acerca de los mormones. Son un pueblo que a sido maltratado y herido”.

Hoy en día, con 170 años atrás ha sido identificada la Iglesia donde el Profeta José Smith dio su discurso en compañía de sus hermanos. Mucho del interior de la Iglesia de Philadelphia se conserva en el mismo estado de aquella memorable ocasión, el pulpito donde el Profeta discursó, los balcones que dieron cabida a los oyentes. El lugar fue arrendado por U$ 13, “para uso de la Iglesia del reverendo J. Smith”, como fue escrito en el archivo que se conserva por aquella comunidad. “este es el lugar” fue la frase que determinó el lugar.

 

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