Comparaciónes en las escrituras
El comparar cosas es el sello de la meditación. Se pueden comparar muchas cosas en las escrituras: individuos, actitudes, eventos, reacciones, temas. En las escrituras frecuentemente dos cosas similares de alguna manera, pero diferentes en otra son colocadas lado a lado para que podamos compararlas. Por ejemplo, las reacciones de María y Zacarías a mensajes similares del ángel Gabriel. Las escrituras también contienen relatos paralelos de eventos y mensajes, por ejemplo, los cuatro evangelios, los múltiples relatos de la creación, los capítulos de Isaías en la Biblia y en El Libro de Mormón; todos ellos nos invitan a comparar. También podemos comparar eventos o individuos en las escrituras con aquellos que nos son familiares fuera de ellas. Nefi lo hizo y dijo "Apliqué las escrituras a nosotros mismos, para nuestro provecho e instrucción" (1 Nefi 19:23). Podemos entender las profecías al buscar elementos históricos que las cumplen. Cuando el Señor les preguntó a Adán y Eva si ellos habían participado del fruto prohibido, ellos no respondieron simplemente "Sí, lo hicimos." En vez de eso Adán respondió: "La mujer que tú me diste, y mandaste que permaneciese conmigo, me dio del fruto del árbol, y yo comí" (Moisés 4:18). Eva respondió: "La Serpiente me engañó, y yo comí" (Moisés 4:19). ¿En que se asemejan las respuestas? Aunque ambos, Adán y Eva, admitieron haber comido del fruto, trataron de eludir su responsabilidad, Adán en Eva, y Eva en la Serpiente. Hoy aún alegamos "circunstancias atenuantes" cuando nos sentimos culpables. ¿En que se parecen y en que difieren Alma hijo y Korihor? Alma y Korihor eran ambos expertos oradores que usaron sus persuasivos poderes para lisonjear y engañar a la gente para que dejasen la iglesia y cometiesen pecado. Ambos fueron heridos de mudez por sus iniquidades, Alma por el terror a causa de la advertencia de un ángel, y Korihor por un profeta en respuesta a su pedido por una señal. Aquí terminan las similitudes. Alma aceptó la responsabilidad por sus pecados, "arrepintiéndo[s]e casi hasta la muerte" (Mosíah 27:28) y llegó a ser un gran misionero de rectitud. Por otra parte Korihor culpó al diablo por sus pecados quien, según él, se le había aparecido como un ángel de luz. No se arrepintió y murió mudo. El profeta que hirió de mudez a Korihor fue el entonces maduro Alma. Su propio pasado y su arrepentimiento deben haberle dado luz en cuanto al alma de Korihor, pues le dijo: "Si te fuera quitada esta maldición, de nuevo volverías a desviar el corazón de este pueblo; por tanto hágase contigo según la voluntad del Señor" (Alma 30:55). En la historia de Jonás leemos acerca de sus compañeros marineros. Estos hombres hicieron todo lo posible por evitar lanzar a Jonás por la borda, aún después que él les dijo que deberían hacerlo para apaciguar a su Dios (Vea Jonás 1:4-16). ¿Por qué este incidente es significativo en la historia de Jonás? Los compañeros gentiles de Jonás nos ofrecen un severo contraste con Jonás mismo, quien deseaba que el Señor destruyese toda la ciudad de Nínive, aún después que ellos se habían arrepentido. La compasión de los marineros por Jonás y la reverencia que demostraron por su Dios hacen que el egoísmo y el enojo de Jonás sean más repulsivos.
¿En que son similares la historia de Jonás y la Parábola del Hijo Pródigo (Lucas 15:11-32) tanto en caracteres como en tema? Ambas historias nos hablan en cuanto a pecadores (la gente de Nínive, el hijo pródigo), una persona que perdona (el Señor, el padre del pródigo), y de una persona que no perdona (Jonás, el hermano del pródigo). Ambas historias nos enseñan en cuanto al amor y al perdón en vez de el condenar, al mostrarnos la bondad en los que consideramos pecadores y la maldad en lo que se consideran a sí mismos rectos pero que no tienen amor
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