Madres el día de ¿reposo?
No es fácil ser madre de niños pequeños los domingos por la mañana. Mientras nos preparamos para salir de casa comprobamos que nuestro vestido tiene el hombro sucio, producto de un líquido blancuzco con olor a leche cuajada. Lo peor es que nos lo pusimos al final para evitar lo de siempre. ¡Pero siempre sucede! Y si nos tomamos tiempo el sábado para elegir lo que nos pondríamos, en ese instante agarramos cualquier cosa del ropero, con la temible consecuencia de tener que escuchar luego: -“¿Se te rompió la plancha hoy?”- porque no chequeamos la condición del vestido. Cargamos el cochecito de bolsos y manuales si vamos caminando o llenamos el auto como si nos fuéramos de viaje.Al llegar a la capilla vemos a muchas en nuestra misma situación, llevando bolsos con pañales, juguetes, papeles para dibujar, lápices, cuentos de tela, galletitas, mamaderas, chupetes, ropa de repuesto, el libro de metas de los más grandes, y en algún rincón nuestras escrituras. Todas vamos con un leve olor a yogurt (algo va fermentando). Leer más o descargar
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