P-A-G-A = Practica-Actitud-Genio-Aptitud
En el sermón más notable que jamás se ha predicado, la persona más sobresaliente que jamás ha vivido, expresó lo que probablemente es la idea más importante que jamás se ha comunicado. Se refiere al hecho de atesorar para nosotros bienes en los cielos (Mateo 6:20). Aun en la tierra, este asunto de atesorar bienes aquí tiene tantas ventajas, que dedicamos la mayor parte de nuestras vidas a ello.
Sin embargo, Jesús hizo algunas comparaciones interesantes a favor de los tesoros en el cielo. Indicó que son mucho más satisfactorios y permanentes. “La polilla y el orín” no se conocen el cielo; ni tampoco “los ladrones minan y hurtan”. Si lo pensamos un poco, podremos descubrir algunas otras ventajas que vienen de hacer tesoros en el cielo, entre ellas, la musculatura espiritual que consiguientemente desarrollaríamos.
Hay dos razones principales por las que no siempre adquirimos aquí en la tierra los tesoros que quisiéramos. Una de ellas es que a veces no escogemos la profesión adecuada, y la otra es que no somos tan eficaces en nuestro trabajo como deberíamos ser. Estos mismos problemas son los que probablemente tendremos que resolver antes que nuestros tesoros en el cielo tengan valor alguno.
Concerniente a la primera razón, no hay duda que la ocupación más benéfica a que podemos dedicarnos para ganar los tesoros en el cielo es la que Jesús llamó “los negocios de mi Padre”. (Lucas 2:49)
Nuestro Padre Celestial es un Personaje sumamente rico en todo respecto. Ha convenido en que entremos en sociedad con Él, prometiendo que nada les retendrá a los que se muestren dignos y capaces. El Señor mismo le declaró a John Whitmer lo que era mayor beneficio: “…la cosa que te será de mayor valor… a fin de que traigas almas a mí” (DyC 15:6)
Esta es la empresa a la que el propio Dios dedica su tiempo entero. Todo personaje grande, incluyendo a Dios, manifiesta su grandeza en su obra.
¿Hemos calculado alguna vez cuánto costaría vivir para siempre en el reino celestial? Para empezar nuestro cálculo, investiguemos cuánto costaría vivir para siempre en el mejor hotel que hay en esta tierra. Entonces hagamos nuestra propia comparación con el reino celestial. Cuando hayamos convertido en efectivo el costo de vivir para siempre en el reino celestial, dividamos esa suma por las pocas horas que dedicamos a trabajar para llegar allí. Probablemente descubriremos que el esfuerzo y trabajo que dedicamos a los “negocios de nuestro padre” nos es pagado a razón de incontables millones de dólares por hora.
Para dar principio a nuestro proyecto, la primera alma que una persona debe traer a Dios, es la propia. Pero el Señor ha dicho además, que si trabajamos todos nuestros días en su servicio y sólo le traemos una alma, nuestro galardón sobrepujará toda nuestra comprensión. Pero con un poco de destreza, podemos hacer mucho más que traerle un alma.
Esto nos lleva nuestra segunda proposición de cómo llevar a cabo “los negocios de nuestro padre” más eficazmente. Para esto se requiere toda la ciencia de la habilidad para dirigir.
Algo ya se ha explicado en el artículo El Proyecto sobre la importancia de seguir cierto proyecto o plan. Una de las mejores fórmulas que yo conozco se compone de cuatro letras, que con un poco de imaginación puede referirse a los tesoros que estamos buscando, La fórmula es la siguiente: Descargar articulo
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