LOS REMANENTES RECOGIDOS,LOS CONVENIOS CUMPLIDOS
El nombre de mi mensaje es “Los Remanentes Recogidos, Los Convenios Cumplidos.” Y este viene del Libro de Mormón. Allí el Señor habla de cumplir “el convenio que el Padre ha hecho con su pueblo,” o sea la casa de Israel. El Señor sigue diciendo “entonces los restos que estarán dispersados sobre la faz de la tierra, serán recogidos del este y del oeste, y del sur y del norte; y serán llevados al conocimiento del Señor su Dios, que los ha redimido” (3 Nefi 20: 12-13).
El recogimiento de esos remanentes y el cumplimiento de ese convenio divino se están efectuando en nuestro día. Aún así, este gran acontecimiento permanece oculto a los ojos de muchos que se enfocan más en las ofertas de los supermercados y en las posiciones de sus equipos de futbol favoritos. Examinemos nuestro lugar en el plan de Dios para Sus hijos y para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos. Relativamente, somos parte de un destino que es conocido por muy pocas personas sobre la faz de la tierra.[1
Durante el año 1997 la atención mundial se enfocó en la Historia de la Iglesia. Los pioneros llegaron al valle del Gran Lago Salado hacía 150 años. Se han presentado réplicas de los carros de mano desde Siberia hasta Suazilandia, desde Escandinavia y América del Sur hasta las islas del Pacífico del Sur. Se han contados los relatos de los primeros conversos de la Iglesia en el cine y obras de teatro, por medios impresos y electrónicos.
Por lo general, los escritores de esos relatos han dado a conocer muy bien lo que hicieron estos pioneros. Pero muy pocos han entendido las razones del por qué lo hicieron; y aún menos de ellos han entendido esa historia en contexto con las voces de los profetas del Antiguo Testamento que la conectan con la gran obra de los últimos días que se está efectuando ahora.
Las conexiones con el Nuevo Testamento no sorprenderían a nadie que comprenda la gran dedicación hacia Jesucristo que tienen los miembros de esta Iglesia que lleva Su santo nombre. Sus fieles pioneros abrieron el período de la restauración de todas las cosas –la gran dispensación del cumplimiento de los tiempos– de acuerdo con las profecías de Pedro y Pablo (véase Hechos 3: 21 y Efesios 1: 10). Estos registros apostólicos y otras escrituras del Nuevo Testamento son una parte integral de la herencia de la Iglesia Restaurada. Su nombre describe a los miembros como santos de los últimos días para diferenciarlos de los de la Iglesia en el meridiano de los tiempos. En aquella época, al igual que ahora, los miembros eran llamados santos. Pablo escribió una epístola “a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso” (Efesios 1: 1).[i]2 Pablo les dijo a los conversos recientes en esa época y lugar: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2: 19; véase también 3: 17-19).
En esa epístola Pablo usó la palabra santo ¡cuando menos una vez en cada capítulo! El término santo no conlleva la beatificación o la perfección en esta vida. Simplemente describe a cada miembro de la Iglesia como creyente en Jesús el Cristo. Significa que los miembros están dedicados a amar a Dios y a su prójimo. Que deben sacrificarse, servir, y edificar la Iglesia según sean dirigidos por sus líderes inspirados.
Sin embargo, la conexión entre la Iglesia y el Antiguo Testamento es menos aparente. Este simposio, que se centra en las voces de los profetas del Antiguo Testamento, es el tiempo oportuno para hablar de los lazos fuertes e importantes entre el antiguo y el moderno Israel. Quiero limitar mis comentarios a cinco eslabones o lazos principales que son de una importancia inmensa.
Mientras les hablo de este tema, sin duda ustedes pensarán en otras conexiones adicionales. También se darán cuenta que se puede agregar mucho más a cada uno de los segmento que comentaré. Eso es bueno. Ustedes pueden explorar después esas interrelaciones sin las limitaciones de tiempo y talento que ahora pesan sobre mí.
EL ESLABÓN DE JOSÉ
Al primer eslabón le llamaré el eslabón de José. Se aplica al José que fue vendido a Egipto y al Profeta José Smith. Pocos hombres del Antiguo Testamento son de mayor importancia para los Santos de los Últimos Días que José de Egipto. Muchos comentaristas de la Biblia lo han descrito como símbolo y representación del Salvador. Pero también lo conocemos como un símbolo específico del Profeta José Smith y, de manera general, de todos los miembros de la Iglesia. Muchos de los miembros de la Iglesia son descendientes de José por medio de sus hijos Efraín o Manasés.
La importancia de José en el libro de Génesis se demuestra por el hecho de que aparece de manera prominente en dieciséis de sus cincuenta capítulos (ver Génesis 30; 33; 35; 37; 39-50). La vida de José desde la cuna hasta la sepultura] representa solamente el 4% de los 2,700 años cubiertos por el libro de Génesis. Aún así su vida se reporta en cerca de una tercera parte de sus capítulos.4
En la versión del Rey Santiago, el capítulo 50 de Génesis termina con el versículo 26, que registra la muerte de José. En la traducción de la Biblia por José Smith (TJS), ese capítulo agrega información importante en los versículos 24 al 26 y además proporciona doce versículos que enriquecen nuestro conocimiento del eslabón de José (véase TJS, Génesis 50: 27-38 que se encuentra en la Guía de Estudio de las Escrituras [GEE] páginas 218-219). En dichos versículos se encuentran los siguientes conceptos, que ahora menciono:
- Una rama justa sería levantada posteriormente de los frutos de los lomos de José (véase TJS, Génesis 50: 24)
- Israel sería esparcido. Una rama sería desgajada y llevada a un país lejano (véase TJS, Génesis 50: 25).
- Un vidente escogido sería levantado de los lomos de José para efectuar una obra para el fruto de sus lomos (véase TJS, Génesis 50: 26-29).
- Los escritos del fruto de los lomos de José crecerán juntamente con los escritos del fruto de los lomos de Judá para llevarlos al conocimiento de sus padres y de los convenios eternos. Ese conocimiento saldría en los últimos días (véase TJS, Génesis 50: 30-32).
- El vidente prometido se llamaría José, igual que el nombre de su padre, y sería semejante a José, el hijo de Jacob, para traer la salvación a los hijos del Señor (véase TJS, Génesis 50: 33).
Estas adiciones son buenos ejemplos de las verdades “claras y preciosas” que han sido restauradas por medio del Profeta José Smith (véase 1 Nefi 13: 40). DESCARGAR Y SEGUIR LEYENDO
3 comentarios
JOSE -
http://youtu.be/hchTdQVAig8
jose -
jose el lamanita -
AMEN,AMEN,AMEN