El famoso relato de “la Cueva” parecía tener un único narrador (Brigham Young), pero encontré un artículo de Cameron J. Packer donde recopiló diez testimonios sobre La Cueva, aunque de segunda mano.
Como me carga traducir, no pongo acá todo el artículo, sino los 10 testimonio que dan mayor luz a este relato extraordinario.
1. William Horne Dame Diary, 14 enero 1855
Un discurso dado en una reunión por W. W. Phelps. Él relacionó una historia contada a él por Hyrum Smith la cual fue como sigue a continuación: José, Hyrum, Cowdery y Whitmer fueron al cerro Cumorah. Al estar subiendo la colina, una puerta se abrió y entraron a una habitación de 16 pies cuadrados. En esa sala había un ángel y un tronco. Sobre ese tronco estaba un libro de Mormón y planchas de oro, la espada de Labán, el pectoral de Aarón.
2. Heber C. Kimball, Journal of Discourses, 28 Septiembre 1856
En respuesta a una declaración del hermano Mills sobre las carretas de mano, Heber C. Kimball dijo:
¿Cómo compararlo con la visión que José y otros tuvieron, cuando entraron en una cueva en el cerro Cumorah, y vieron más registros de los que diez hombres pueden llevar? Había libros apilados sobre las mesas, libro sobre libro. Este pueblo aún tendrá esos registros, si aceptan el Libro de Mormón y observan sus preceptos, y guardan los mandamientos.
3. Manuscrito de la Historia de Brigham Young, 5 de Mayo 1867
El presidente [Herber C.] Kimball conversó familiarmente a los hermanos sobre el Padre Smith, [Oliver] Cowdery, y otros hermanos entrando en el cerro Cumorah y viendo registros sobre registros apilados sobe mesas, ellos caminaron en todo el lugar y vieron los registros que estaban apilados. . . .
4. Diario de Wilford Woodruff, 11 de Diciembre 1869
En este diario, Wilford Woodruff vuelve a contar lo que le había escuchado a Brigham Young decir sobre la cueva:
El presidente Young dijo en relación a José Smith devolviendo las planchas del Libro de Mormón, que él no las devolvió a la caja de donde las recibió. Sino él fue a la cueva en el monte Comoro con Oliver Cowdery y depositó aquellas planchas sobre una mesa. En ese salón estaban depositadas una gran cantidad de planchas de oro conteniendo sagrados registros, y cuando visitaron por primera vez ese cuarto la espada de Labán estaba colgando del muro, y cuando la visitaron por última vez la espada estaba desenvainada sobre la mesa y un Mensajero que era el cuidador del cuarto les informó que la espada no volvería a envainarse hasta que el Reino de Dios fuera establecido sobre la tierra y hasta que reine triunfante sobre cada enemigo. José Smith dijo que la cueva contenía toneladas de tesoros y registros escogidos.
5. Diario de Elizabeth Kane, 15 de Enero de 1873
Aunque no fue miembro de la Iglesia, vivió en San George, Utah, y registro la siguiente conversación:
Pregunté donde estaban las planchas ahora, y vi de inmediato en la expresión en el rostro que yo lo había incomodado. Pero me respondió que estaban en una cueva; que Oliverio Cowdery, aunque ahora era una apóstata, no negaría que las había visto. Él había estado en la cueva. . . .
Brigham Young dijo que cuando Oliverio Cowdery y José Smith estuvieron en la cueva por tercera vez pudieron ver su contenido mejor que antes. . . . era de cerca quince pies de alto y en alrededor de sus lados estaban puestas cajas de tesoros. En el centro había una mesa larga de piedra vacía al principio, pero ahora estaba apilada con planchas de oro parecidas, algunas de las cuales yacían en el suelo abajo. Anteriormente la espada de Labán colgaba del muro envainada, pero ahora estaba desenvainada y puesta cruzando las planchas sobre la mesa; y Uno que estaba con ellos dijo que nunca sería envainada hasta que el reino de justicia esté sobre la tierra.
6. Diario de Jesse Nathaniel Smith, Febrero 1874
Un Santo del sur de Utah, Jasse Nathaniel Smith, escuchó a Brigham Young hablar en Cedar City, Utah, y registró:
Lo oí [a Brigham Young] en una reunión por la tarde en Cedar City, describir un espacio en el cerro Cumorah que algunos de los hermanos se les había permitido entrar. Dijo que había gran riqueza en el salón en sagrados implementos, vestimentas, armas, metales preciosos y piedras preciosas, más de los que seis mulas pudiesen cargar.
7. Brigham Young, Journal of Discourse, 17 de Junio 1877
Oliverio Cowdery estuvo con José Smith cuando él depositó las planchas. José no tradujo todas las planchas; hay una porción de ellas selladas, de lo cual podéis aprender en el libro de Doctrinas y Convenios. Cuando José obtuvo las planchas, el ángel le instruyó de devolverlas al cerro Cumorah, lo cual hizo. Oliverio dice que cuando José y Oliverio fueron allí, la colina se abrió, y ellos caminaron dentro de una cueva, en la cual había un salón espacioso. Él dice que no se dio cuenta de si había luz del sol o era artificial; pero era una luz como de día. Ellos dejaron las planchas sobre una mesa; era una mesa larga que estaba en el salón. Bajo la mesa había una pila de planchas tan altas como de dos pies, y había en el salón más planchas suficientes para cargar varios vagones; estaban apilados en las esquinas y muros. La primera vez que estuvieron allí la espada de Labán colgaba de la pared; pero cuando fueron otra vez había sido tomada y dejada cruzada sobre las planchas en la mesa; estaba desenvainada, y sobre ella estaban escritas estas palabras: “Esta espada nunca será envainada otra vez hasta que los reinos de este mundo lleguen a ser el reino de nuestro Dios y su Cristo.” Les digo esto como que no viene solamente de Oliverio Cowdery, sino otros quienes les era familiar, y que lo entendían tan bien como lo entendemos nosotros viniendo a esta reunión. . . . Don Carlos Smith era un joven de mucha veracidad como ningún joven que tengamos, y él fue un testigo de estas cosas. Samuel Smith vio algunas cosas, Hyrum vio muchas cosas buenas, pero José era el líder.
8. Edward Stevenson, reminiscencias de José, el Profeta, 1877
En su libro Reminiscencias de José, el Profeta, y el Surgimiento del Libro de Mormón, Edward Stevenson relata una entrevista con David Whitmer en 1877:
Fue como declaró ante mí David Whitmer en el año 1877 que Oliverio Cowdery le dijo que el Profeta José y él habían visto este cuarto y que estaba lleno con tesoros, y sobre una mesa estaba el pectoral y la espada de Labán, también como la porción de las planchas de oro no traducidas todavía, y que esas planchas estaban enlazadas por tres argollas de oro, y también serían traducidas, como fue con la primera porción en los días de José. Cuando ellas sean traducidas mucha información útil saldrá a la luz.
9. David Whitmer, Deseret Avening News, 16 de Agosto 1878
En una entrevista con P. Wilhelm Poulson, David Whitmer dio otra narración de la cueva:
[Poulson]: ¿Dónde están las planchas ahora?
[Whitmer]: En una cueva, donde el ángel las ha ocultado hasta que el tiempo llegue cuando las planchas, las cuales están selladas, deban ser traducidas. El Señor aún levantará a un Poderoso, quien hará esta obra hasta que sea terminada y Jesús venga otra vez.
[Poulson]: ¿Dónde está la caverna?
[Whitmer]: En el estado de Nueva York.
[Poulson]: ¿En el cerro Cumorah?
[Whitmer]: No, pero no lejos de ese lugar.
10. Orson Pratt, The Contributor, septiembre 1882
Pero el gran depósito de todos los numerosos registros de las antiguas naciones del continente occidental, está ubicado en otro departamento de la Colina, y su contenido puesto bajo la custodia de santos ángeles, hasta el día en que deban ser transferidos al sagrado templo de Sión.
Esas son las diez citas sobre La Cueva. No queda claro si fue una experiencia real, o un sueño o visión, pero sí queda establecido que hay más de una fuente del relato.
¿Qué opinas de este relato?
FUENTE: INSTITUTO MAXWELL
http://maxwellinstitute.byu.edu/publications/jbms/?vol=13&num=1&id=338
0 comentarios