Maestras Visitantes -Mensaje Diciembre 2008
Por medio de la oración, lea este mensaje y seleccione los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.
Jesucristo es la Luz, la Vida y la Esperanza del mundo
¿Por qué es Jesucristo la Luz y la Vida del mundo?
1 Nefi 17:13: “…y también seré vuestra luz en el desierto;… Por lo tanto, al grado que guardéis mis mandamientos, seréis conducidos hacia la tierra prometida; y sabréis que yo soy el que os conduce”. Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Jesucristo es la luz y la vida del mundo. Todas las cosas fueron hechas por Él. Bajo la dirección del Padre, y de acuerdo con el plan del Padre, Jesucristo es el Creador, la fuente de la luz y de la vida de todas las cosas…
“Jesucristo es la luz del mundo porque Él es la fuente de la luz que ‘procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio’ (D. y C. 88:12). La Suya es ‘la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene al mundo’ (D. y C. 93:2). Su ejemplo y Sus enseñanzas iluminan el camino por el cual debemos andar…
“Jesucristo es la vida del mundo por la posición sin par que tuvo en lo que las Escrituras llaman ‘el gran y eterno plan de redención de la muerte’ (2 Nefi 11:5). Su resurrección y Su expiación nos salvan tanto de la muerte física como de la espiritual” (“La Luz y la Vida”, Liahona, diciembre de 1997, págs. 42–43; véase New Era, diciembre de 1996, pág. 6).
¿Cómo puedo encontrar esperanza en Jesucristo?
Presidente Dieter F. Uchtdorf, Segundo Consejero de la Primera Presidencia: “…el evangelio de Jesucristo tiene el poder divino de elevarles a grandes alturas desde lo que a veces parece ser una carga o debilidad insoportables. El Señor está al tanto de sus circunstancias y sus tribulaciones. Él le dijo a Pablo y a cada uno de nosotros: ‘Bástate mi gracia’. Y al igual que Pablo, podemos responder: ‘…mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo’ (2 Corintios 12:9)”. (“¿No tenemos razón para regocijarnos?”, Liahona y Ensign, noviembre de 2007, pág. 19).
Julie B. Beck, Presidenta General de la Sociedad de Socorro: “Mormón pregunta: ‘Y ¿qué es lo que habéis de esperar?’. Su respuesta nos brinda tres grandes esperanzas: ‘He aquí, os digo que debéis tener esperanza, por medio de la expiación de Cristo y el poder de su resurrección, en que seréis resucitados a vida eterna’ (Moroni 7:41).
“Cuando se bautizaron, se convirtieron en participantes de la primera y gran esperanza, la expiación de Cristo. Cada vez que participan dignamente de la Santa Cena, tienen la oportunidad de comenzar de nuevo… Su esperanza y fe en el Salvador aumentarán a medida que se arrepientan y efectúen cambios personales. …
“La segunda gran esperanza es la Resurrección. A todas se les ha prometido que resucitarán por medio de nuestro Salvador Jesucristo. …
“Con la esperanza de la Expiación y la Resurrección, poseen la tercera esperanza, la esperanza de la vida eterna… Debido a que tienen un Salvador, ustedes también creen en una feliz vida eterna de creación, de servicio y de aprendizaje. Ustedes ya se encuentran en el estrecho y angosto camino y hay un fulgor de esperanza ante ustedes… Todo lo que deben hacer es perseverar y seguir adelante con un fulgor perfecto de esperanza” (véase “Un fulgor perfecto de esperanza” Liahona, mayo de 2003, págs. 103–105).■
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margarita retamal g -
diana alcala -