La Atmósfera del Éxito por el élder Sterling W. Sill
Nunca debemos desestimar la atmósfera dentro de la cual esperamos que nuestro éxito se manifieste. Todo ser o elemento que viva y crezca, se desarrolla mejor cuando el clima, el terreno y las condiciones atmosféricas se conforman a sus necesidades. Y esta simple verdad se aplica también al campo de las realizaciones humanas.
Por ejemplo, un verdadero general no encara la faz decisiva de una batalla si su tropa está desmoralizada o en una condición de rebeldía. Para hacerlo, debe estar seguro que sus soldados comprenden que todo dependerá de ellos mismos y qué es lo que se espera de cada uno. Deben así mismo esta bien adiestrados, alimentados y uniformados, y tener un verdadero sentimiento de confianza en sus jefes y en sus compañeros.
Todo esto es lo que conforma sus habilidades como soldados y contribuye al afianzamiento de ese espíritu de lucha que es signo de alta moral. Entre ellos debe existir un espontáneo y vivaz entusiasmo. Un solo soldado dotado de una elevada mora, puede hacer más que diez hombres desmoralizados o deprimidos. Y esto quizás tenga mayor aplicación en cuanto al éxito en nuestro trabajo en la Iglesia, que en las operaciones militares. En éstas median ciertos factores, tales como la compulsión, el temor al castigo, etc., que no forman parte de nuestros móviles en la Iglesia.
Pero tanto dentro como fuera de la Iglesia existen ciertas situaciones en que la eficacia podría prosperar, y otras donde no podría siquiera sobrevivir. Cada uno debiera saber cuáles son estas condiciones favorables, para que podamos aprovecharlas mejor.Leer más o descargar
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