CÓMO USAR EL CONSEJO DE BARRIO PARA BENEFICIO DE LAS PERSONAS Y LAS FAMILIAS
Cuando los líderes de barrio emplean el inspirado sistema de consejos y concentran el esfuerzo de los quórumes y las organizaciones auxiliares en mejorar el bienestar espiritual y temporal de los miembros del barrio, suceden milagros en la vida de las familias y de las personas.
Pero esos milagros acontecen únicamente en la medida en que nosotros los hombres y las mujeres que servimos en los quórumes y en las organizaciones auxiliares de la Iglesia estemos preparados para trabajar juntos a fin de que acontezcan. Puesto que tenemos el mandato del Señor de servir a Sus hijos, quisiera ofrecer tres sugerencias específicas que, si se siguen, pueden ayudarnos a todos a desempeñarnos más eficazmente como miembros de los consejos de la Iglesia, tanto a nivel de barrio como de estaca. Primero, basémonos en los fundamentos. Asegúrense de que la doctrina sea pura. Ajústense a los cursos de estudio aprobados. Cíñanse a los manuales prescritos y estudien y mediten en cuanto a las Escrituras, tanto individualmente como en familia. En este mundo lleno de conflicto y confusión, encontraremos paz y seguridad en la verdad revelada. Una presidencia de estaca en particular llegó a ser conocida por instruir a los líderes de todas las unidades de la estaca a que usaran las Escrituras como material de enseñanza básico del Evangelio. Ellos mismos practicaban lo que predicaban, usando las Escrituras en todas las reuniones de capacitación y en las clases. Un año, al prepararse para conferencias de barrio, invitaron a los miembros mayores de cada barrio a presentar por adelantado preguntas relacionadas con el Evangelio. En la clase de Doctrina del Evangelio, llevada a cabo durante el período de Escuela Dominical de la conferencia de cada barrio, dirigieron a los miembros en un ejercicio de localización de pasajes de las Escrituras que respondían cada pregunta, demostrando así el poder de encontrar respuestas a problemas personales en la palabra revelada de Dios.
Un obispo a quien conozco estaba preocupado ante la creciente falta de reverencia en su barrio, particularmente en los momentos previos al comienzo de la reunión sacramental. Cuando un orador en una conferencia general sugirió que la reverencia podía ser un tema apropiado para llevar a la consideración de un consejo de barrio, el obispo pensó que se trataba de una excelente idea.
"No sé por qué nunca se me había ocurrido llevar este tipo de problema ante el consejo de barrio", dijo el obispo. "Al escuchar esa sugerencia se me iluminó la mente".
El obispo leyó en su ejemplar del Manual General de Instrucciones de la Iglesia que la reunión sacramental "se realiza para que los miembros tomen la Santa Cena, adoren al Señor y reciban instrucción" y que el obispado "planea la reunión y la dirige con dignidad y reverencia" (sección 2, 5).
El manual también indica que el consejo de barrio debe "considerar el progreso" y planear juntos "todos los programas y actividades" (sección 2, 4). Al pensar en cuanto a la calidad de las reuniones sacramentales de su barrio, le resultó claro que la reverencia en el centro de reuniones era un asunto que requería algo de "progreso", y que todo plan para mejorar tendría que incluir "todos los programas y actividades del barrio". Así fue que en el temario de su siguiente reunión de consejo de barrio estaba incluida la "reverencia" como un importante punto de discusión.
"Descubrí rápidamente que los demás miembros del consejo compartían mi preocupación y que tenían excelentes sugerencias para mejorar", dijo el obispo. Algunas de esas sugerencias pasaron a ser parte del esfuerzo del barrio para alcanzar un nivel más elevado de reverencia, entre ellas, la decisión de ofrecer preludios musicales interpretados por miembros del barrio (inclusive jóvenes) durante diez minutos antes del comienzo de la reunión sacramental, de que el obispado estuviera sentado en el estrado varios minutos antes de que empezara la reunión y asignar saludadores para que recordaran a los miembros la importancia de ser reverentes al entrar en la capilla.
"Me complace informar que el grado de reverencia en nuestras reuniones ha mejorado muchísimo", comentó el obispo. "La diferencia en nuestro barrio es el resultado de haber seguido el inspirado consejo de los líderes de la Iglesia y de implantar las indicaciones del manual". DESCARGAR PDF PARA SEGUIR LEYENDO
1 comentario
Jose Moras Sandoval -