NUESTRAS HERMANAS DESDE EL PRINCIPIO
Hermana Barbara B. Smith.
A todas las madres en Israel, las hijas en Sión:
Siento una gran humildad ante esta oportunidad de dirigirme a vosotras; me siento honrado, y, al mismo tiempo, deseo someterme al Espíritu Santo para recibir de El guía y elocuencia, a fin de que lo que diga sea lo que el Señor desea. Quiero hablar de lo que han sido nuestras hermanas, desde el principio de los tiempos, y he tomado mi tema de las siguientes palabras de Alma:
"Y El comunicas u palabra .a los hombres por medio de ángeles; sí, no sólo a los hombres, sino a las mujeres también. Y esto no es todo; muchas veces les son dadas palabras a los niños que confunden al sabio y al instruido." (Al. 32:23. )
En todas las cosas espirituales, en todo lo relativo a los dones del Espíritu, en lo relacionado con la revelación, la obtención de un testimonio y las visiones, en todo lo concerniente a la santidad y a lo divino como resultado de una conducta recta y justa, hombres y mujeres ocupan una posición de absoluta igualdad ante el Señor. El no hace acepción de personas o de sexo, sino que bendice a todos los hombres y mujeres que lo busquen, lo sirvan y guarden Sus mandamientos.
El Señor es misericordioso e imparte de Su gracia a todos aquellos que lo aman, y se deleita en honrar a los que le sirven en justicia hasta el fin, sean hombres o mujeres. A ellos les ha prometido revelarles todos los misterios de Su reino; la comprensión de éstos irá más allá del velo, y a ellos El les revelará cosas que el ojo mortal no ha visto, ni el oído ha escuchado, ni han entrado en el corazón del hombre. (Véase D. y C. 76:5 10.) Y a( hablar así, me refiero tanto a hombres como a mujeres; desde luego, no vacilo en afirmar que desde el principio, éstas han poseído grandes talentos espirituales.
El Señor, en su infinita bondad y sabiduría, siempre ha estimado altamente a la mujer, la ha honrado y dignificado en Su reino terrenal y en Sus tratos con el hombre en una forma que algunos de nosotros quizás no podamos siquiera imaginar.
Desearía ahora invitaron a repasar conmigo algunas escenas que muestran a nuestras hermanas, en el presente, el pasado y el futuro, escenas que se encuentran o se encontrarán registradas en las Escrituras o en nuestra historia.
María, la virgen bendecida
Encontramos a María en Nazaret de Galilea, una joven de alrededor de dieciséis años, que recibe la visitación del ángel Gabriel, el ministro angélico que sigue a Miguel en importancia en la jerarquía celestial. Gabriel ha venido para anunciarle:
"...concebirás... y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
...será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre.
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra... será llamado Hijo de Dios." (Lu. 1:30 35.)
En mi opinión, María es una de las mujeres más grandiosas que haya vivido sobre la tierra, la hija espiritual de Dios, nuestro Padre. Ella fue escogida para proveer un cuerpo para su Hijo, que debía nacer en la carne como cualquier otro mortal.
Vemos a María trasladándose de Nazaret de Galilea a Belén de Judea, a fin de estar en el lugar donde, de acuerdo con la profecía, había de nacer el Hijo de Dios.
"Instruye al niño en su camino…” (Proverbios 22:6.)
"¿Se dará cuenta ella de que siempre veo su
ejemplo y trato de imitarla en todo lo que hace?"
"Alarga su mano al pobre." (Proverbios 31:20.)
"Aprenderemos algunas de nuestras más grandes
experiencias mientras damos de nosotras mismas con amor."
Hermana Barbara B. Smith.
"Y también han de enseñar a sus hijos a orar y
a andar rectamente delante del Señor." (D. y C. 68:28.)
"El espíritu de los hijos de Dios llega la unidad
familiar investido de mortalidad por sus padres
terrenales, con todo el derecho de pensar que
tendrá un lugar lleno de amor en el cual crecer hasta
llegar a la madurez. Quizás no haya en el mundo un
laboratorio mayor para expresar el amor de Cristo
como el que existe en la familia."
Hermana Barbara B. Smith.
"La exaltación, y finalmente la divinidad, no son
posibles a menos que un hombre y una mujer sean
unidos y se presenten ante el Señor como si fueran
uno, . ..porque la gran obra creativa de la
exaltación necesita tanto al hombre como a la
mujer... Un buen matrimonio requiere que cada
uno dé al otro lo mejor de lo que es, y lo mejor de lo
que puede llegar a ser."
Hermana Barbara B. Smith.
La vemos llegar con el vientre hinchado y fatigada después de la larga jornada, y dirigirse a la posada, que consiste de un gran patio central para los animales, rodeado de cuartos donde duermen los viajeros. Todas las habitaciones están ocupadas, y la vemos ir con José a acostarse en un pesebre. Esa noche, Dios envía a su Hijo al mundo, y se oye cantar a los coros celestiales y a los ángeles rendir alabanzas.
La vemos después atravesar un largo período de dificultades, pruebas y agitación; viaja a Egipto con José y el Niño, y, sin duda, se quedan allí con parientes o amigos. La vemos de regreso en Nazaret en su papel de madre que influye en los años de desarrollo del Hijo de Dios, que le enseña a caminar, a hablar, a aprender el credo principal del judaísmo y todos los demás requisitos religiosos que prevalecían entre los judíos. La vemos en Caná de Galilea, ejerciendo cierta influencia en una fiesta de bodas, e invitando a su hijo a hacer algo que daría comienzo a su ministerio de milagros.
Finalmente, la vemos de pie frente a la cruz, cuando su hijo le dice señalando a Juan, el discípulo amado: "He ahí tu hijo", y a él, señalando a María: "He ahí tu madre" (Juan 19:26, 27). Desde aquel instante, Juan la lleva a su propio hogar.
Creo que en la conducta de María podemos ver un modelo de devoción y sumisión a la voluntad del Señor, que es ejemplo perfecto para todas las mujeres. Descargar discurso completo
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sergio guerrero muñoz -