PAZ ESPIRITUAL EN NUESTROS HOGARES
El Elder Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en su mensaje se dirigió a los padres en una Conferencia, donde compartió la visión, desafíos y bendición para los padres en Sión, donde hay pruebas y el camino pareciera totalmente escabroso.
“El Mantener el matrimonio bien cultivado y sin malezas, como se hace con un hermoso jardín, requiere tiempo y amorosa dedicación. El hacerlo no sólo es un privilegio grato sino que es un requisito establecido en las Escrituras, por el que se nos ha dado la promesa de la gloria eterna”.
“No es raro que algunos buenos padres responsables Santos de los Últimos Días, en un momento pierdan a uno de sus hijos, por un tiempo, a causa de las influencias que están fuera de nuestro control. Se angustian por sus hijos, una gran espada atraviesa su pecho y el dolor pareciera incomprensible ante esta angustia, las lagrimas son un compañero constante en esta etapa y pareciera no terminar, pero jamás hay un por qué de cuestionamiento hacia el cielo, en la máxima expresión de humildad se doblan las rodillas y en santa oración extendemos la mano al Creador, y el velo por un momento se corre, y vemos que tal suplica en propósitos divinos se nos da en respuesta a la petición, -“Tu aceptaste” y en el interior por vez primera nos preguntamos por qué no podemos hacer nada cuando el esfuerzo es mayor para que ellos hicieran lo que debían. Ante estas fuerzas invisibles del mal, hay una plena convicción de que estas influencias inicuas algún día serán abolidas para siempre de la tierra".
“Aún con palabras fuertes, oren siempre por sus hijos descuidados y desobedientes, manténganse cerca de ellos mediante la fe continua. Continúen con esperanza y confianza hasta ver la salvación de Dios”.
“Cuando los padres guardan los convenios que han hecho en el Altar del Templo, sus hijos estarán sellados a ellos para siempre. Si los padres guardan estos convenios que hicieron con Dios, Él también los respetará. De esa forma los hijos se convierten en beneficiarios y herederos de estos grandes convenios y promesas. Y todo esto por ser los hijos del convenio”.
“Tomen los padres y las madres que sean miembros de esta Iglesia y reino una dirección correcta y traten con todas sus fuerzas de no hacer el mal sino el bien toda su vida; ya sea que tengan un hijo o cien hijos, si proceden con ellos como deben, uniéndolos al Señor mediante su fe y sus oraciones, a veces por decisión de ellos y venga ese dolor inexplicable por apartase de la luz admirable, sepan que ellos están sellados a sus padres con un lazo sempiterno y no habrá poder en la tierra ni en el infierno que podrá separarlos de ellos en la eternidad; volverán otra vez a la fuente de donde provinieron, al hogar y con arrepentimiento y como hijo prodigo será recibido y habrá fiesta en lugar de luto, alegría en lugar de dolor, más fe en el Señor y menos incredulidad”.
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