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LA VERDAD RESTAURADA

TESTIMONIO DE SPENCER W. KIMBALL

TESTIMONIO DE DAVID O. McKAY

TESTIMONIO DE JOSEPH F. SMITH

TESTIMONIO DE GEORGE A. SMITH

LA FUERZA DE UN TESTIMONIO

EMOTIVO TESTIMONIO FINAL

Invito a los jóvenes de la Iglesia a aprender sobre el espíritu de Elías y a experimentarlo

Invito a los jóvenes de la Iglesia a aprender sobre el espíritu de Elías y a experimentarlo

Una invitación a la nueva generación 

Ahora solicito la atención de las mujeres y los hombres jóvenes y los niños de la nueva generación mientras recalco la importancia actual del espíritu de Elías en nuestra vida. Mi mensaje va dirigido a toda la Iglesia en general, pero a ustedes en particular.

 Muchos de ustedes tal vez piensen que la obra de historia familiar la lleva a cabo principalmente la gente mayor. Sin embargo, no tengo conocimiento de que en las Escrituras o en las pautas que emiten los líderes de la Iglesia haya alguna restricción en cuanto a la edad que limite este importante servicio a los adultos mayores. Ustedes son hijos e hijas de Dios, hijos del convenio y edificadores del reino. No tienen que esperar hasta tener una edad determinada para cumplir con su responsabilidad de colaborar en la obra de salvación a favor de la familia humana.

Hoy en día, el Señor ha puesto a nuestra disposición extraordinarios recursos que les permiten aprender y amar obra a la que infunde vigor el espíritu de Elías. Por ejemplo, FamilySearch es una colección de registros, recursos y servicios que se pueden acceder fácilmente con computadoras personales y diversos dispositivos de mano, diseñados para ayudar a la gente a descubrir y documentar su historia familiar. Esos recursos también están disponibles en los centros de historia familiar ubicados en muchos edificios de la Iglesia por todo el mundo.

No es una coincidencia que FamilySearch y otros recursos hayan salido a la luz en una época en la que los jóvenes estén tan familiarizados con una gran variedad de tecnologías de la información y la comunicación. Ustedes tienen los dedos amaestrados para textear y twitear para acelerar y adelantar la obra del Señor, y no sólo para comunicarse rápidamente con sus amigos. Las destrezas y la aptitud que se manifiestan entre muchos jóvenes actualmente son una preparación para contribuir a la obra de salvación.

Invito a las jóvenes de la Iglesia a aprender sobre el espíritu de Elías y a experimentarlo. Los aliento para que estudien, para que busquen a sus antepasados y se preparen para efectuar bautismos vicarios en la casa del Señor por sus propios familiares fallecidos (véase D. y C. 124:28–36). Y los exhorto a ayudar a otras personas a buscar sus datos de historia familiar.

Si responden con fe a esta invitación, el corazón de ustedes se volverá a los padres. Las promesas que se hicieron a Abraham, Isaac y Jacob se arraigarán en su corazón. Sus bendiciones patriarcales, en las que se declara el linaje, los unirá a esos padres y cobrarán mayor significado para ustedes. El amor y la gratitud que sienten hacia sus antepasados aumentará. Su testimonio del Salvador y su conversión a Él serán profundos y perdurables. Y les prometo que serán protegidos contra la creciente influencia del adversario. A medida que participen en esta obra sagrada y lleguen a amarla, serán protegidos en su juventud y durante su vida.

Padres y líderes, por favor ayuden a sus hijos y a la juventud a saber en cuanto al espíritu de Elías, y a sentirlo. Pero no hagan esa labor demasiado rígida o formal ni brinden demasiada información o capacitación detallada. Inviten a los jóvenes a explorar, a experimentar y a aprender por sí mismos (véase José Smith—Historia 1:20). Cualquier joven puede hacer lo que estoy sugiriendo mediante los módulos disponibles enlds.org/familyhistoryyouth. Las presidencias de los quórumes del Sacerdocio Aarónico y de las clases de las Mujeres Jóvenes pueden desempeñar una importante función al ayudar a todos los jóvenes a familiarizarse con esos recursos básicos. Cada vez más, es necesario que los jóvenes aprendan y actúen y de ese modo reciban más luz y conocimiento por el poder del Espíritu Santo, y que no sólo sean estudiantes pasivos sobre quienes principalmente se actúe (véase 2 Nefi 2:26).

Padres y líderes, se asombrarán al ver la rapidez con la que sus hijos y la juventud de la Iglesia se vuelven sumamente diestros con esos recursos. De hecho, ustedes aprenderán valiosas lecciones de los jóvenes sobre cómo utilizar esos recursos eficazmente. Los jóvenes pueden brindar mucha ayuda a las personas mayores que se sientan incómodas o intimidadas por la tecnología o que no están familiarizadas con FamilySearch. Ustedes también contarán sus muchas bendiciones cuando los jóvenes dediquen más tiempo a la obra de historia familiar y a prestar servicio en el templo y menos tiempo en videojuegos, navegando por internet y en Facebook.

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EL HERALDO DE LA SALVACIÓN

EL HERALDO DE LA SALVACIÓN

La paz, en el sentido del evangelio, es lo importante. Aunque la mayoría de los miembros de la Iglesia saben lo que es la paz, yo creo que aún no se le ha dado a la paz la importancia que merece; probablemente como pueblo no hemos apreciado por completo ¡cuan maravilloso “fruto del espíritu” (Gálatas 5: 22) es la paz y qué es una trascendente manifestación del nuevo nacimiento! La paz es un don invaluable en un mundo que está en guerra consigo mismo. Los discípulos buscan al al que es el Príncipe de Paz para recibir socorro y apoyo. Saben que la paz no es solamente una mercancía apreciada aquí y ahora sino que también es el heraldo de grandes cosas que aún deben suceder. La paz es un signo seguro que viene de Dios de que los cielos están complacidos. Al referirse a una ocasión anterior en que se le había dado el espíritu de testimonio, el SeZor le preguntó a Oliver Cowdery: “¿No hablé paz a tu mente. . . . ? ¿Qué mayor testimonio puedes tener que de Dios? ” (DyC 6: 23).

El pecado y el abandono del deber resultan en desunión del alma, en conflictos internos y en confusión. Por otra parte, el arrepentimiento y el perdón y nacer de nuevo traen tranquilidad y paz. Mientras que el pecado termina en desorden, el Espíritu Santo es un principio organizador que trae orden y congruencia. El mundo y lo mundano no pueden traer la paz. No pueden sosegar al alma, “Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, dice Jehová; y lo sanaré. Pero los malvados son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz para los malvados, dice mi Dios” (Isaías 57: 19-21).

La esperanza en Cristo, que es el resultado natural de nuestra fe en Cristo que nos salva, viene por el despertar espiritual. Sentimos nuestro lugar en el familia real y somos consolados por la dulce asociación familiar. ¿Y cual es la indicación de que estamos en el curso correcto? ¿Cómo sabemos que estamos en el arnés del evangelio? “En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su espíritu” (1 Juan 4: 13; énfasis agregado). La presencia del Espíritu de Dios es el testimonio, la certeza divina de que estamos en la dirección correcta. Es el sello de Dios, su unción (ver 1 Juan 2: 20) su indicación para nosotros de que nuestras vidas están en orden. John Stott, un querido escritor cristiano ha observado: “Un sello es una marca de propiedad. . . . y el sello de Dios, con el cual nos marca como suyos y que le pertenecemos para siempre, es el Espíritu Santo mismo. El Espíritu Santo es la etiqueta de identificación del cristiano” (Authentic Christianity, página 81).

No necesitamos estar poseídos por un sello impuro o sin templanza a fin de ser salvos; solo necesitamos ser constantes y confiables. Dios es con quien hicimos convenios en el evangelio. Él es el socio que controla. Y nos hace saber, por medio de la influencia del Espíritu, que el convenio sigue intacto y que las promesas celestiales son seguras. El Salvador nos invita a aprender las lecciones eternas y reconfortantes de que “el que hiciere obras justas recibirá su galardón, sí, la paz en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero” (DyC 59: 23). Paz. Esperanza. Certeza. Estas cosas nos llegan por virtud de la sangre expiatoria de Jesucristo y como resultado natural nuestra nueva creación. Nos sirven como un ancla para el alma, un recordatorio sólido y firme de lo que somos y de Quien somos.

JOSE SMITH, EL PROFETA Y VIDENTE

JOSE SMITH, EL PROFETA Y VIDENTE

Muchos de los principales eruditos en la vida y las enseñanzas de José Smith, participaron en una serie de conferencias en la Universidad Brigham Young que ofreció nuevas y fieles perspectivas respecto al Profeta. Este libro ofrece en forma impresa la transcripción de esas conferencias que fueron publicadas por Deseret Book en una colección de Discos Compactos de Audio titulada Joseph Smith’s Prophetic Ministry: A Year-by-Year Look at His Life and Teachings [El Ministerio Profético de José Smith: Una Mirada Año-por-Año a Su Vida y Enseñanzas]. Después del capítulo introductorio, que cubre la vida del Profeta desde su nacimiento hasta 1829, cada capítulo se centra en un año a partir de 1830 hasta 1844, dando un vistazo a los eventos principales y comentando las doctrinas clave y los eventos históricos asociados con ese año.

  • El formato del libro permite el fácil acceso a cada una de las conferencias.
  • Los puntos de vista acerca de la vida y las enseñanzas del Profeta más dramáticos o que antes se desconocían, ayudan a los lectores a experimentar las cualidades que inspiraron a los primeros santos.
  • Cada uno de los colaboradores es maestro de Religión en BYU o forma parte del equipo que está trabajando en el importantísimo Proyecto de los Documentos de José Smith.

Los colaboradores incluyen a: Richard Neitzel Holzapfel, Richard E. Bennett, Kent P. Jackson, Grant Underwood, Robert J. Woodford, Alexander L. Baugh, J. Spencer Fluhman, Steven C. Harper, Ronald K. Esplin, William G. Hartley, Ronald O. Barney, Andrew H. Hedges, Alex D. Smith, and Robert L. Millet. DESCARGA COMPLETA 154 PAGINAS

Uno por uno: El modelo de servicio del quinto evangelio

Uno por uno: El modelo de servicio del quinto evangelio

El Nuevo Testamento presenta la obra mortal de Jesucristo como una misión no solo para grupos grandes sino también para los individuos. Las narraciones del Evangelio muestran que en muchos casos hubo un contacto físico directo entre Jesús y otras personas mientras Él ministraba entre el pueblo. Por ejemplo, cuando Él sanó de una fiebre a la suegra de Pedro, Jesús “tocó” su mano (Mateo 8:14–15: énfasis agregado; ver también Marcos 1:30–31; Lucas 4:38–39). En otra ocasión Jesús “extendió su mano y tocó” a un leproso para sanarlo (Mateo 8:1–3; énfasis agregado). Tocó los ojos de dos ciegos mientras Él los sanaba (ver Mateo 9:27–31). Sanó la sordera y un impedimento del habla cuando Él metió Sus dedos “en” las orejas de un hombre (Marcos 7:32–37). Él “puso las manos encima” de un ciego (Marcos 8:22–26). Él sanó a un joven endemoniado cuando “tomándole de la mano le enderezó” (Marcos 9:14–29; véase también Mateo 17:14–21; Lucas 9:37–43). El Salvador sanó a la hija de Jairo cuando la “tomó de la mano” y la levantó de entre los muertos (Mateo 9:23–26; véase también Marcos 5:35–42; Lucas 8:49–55). Los evangelios del Nuevo Testamento registran más milagros en los cuales pudo haber sido posible un contacto físico directo. 

En algunas ocasiones las personas se esforzaron para tocar al Salvador, como fue el caso cuando la mujer que padecía un flujo de sangre “tocó el borde de su manto” (ver Lucas 8:43–46; énfasis agregado). Sin embargo, en algunas ocasiones hubo algo más que el simple hecho de tocar. En el caso de la mujer recién citado, Jesús dijo que Él sabía que “poder ha salido de mí” (Lucas 8:46). José Smith explicó que “el poder al que se hace referencia aquí es el espíritu de vida” y que algunas veces nos debilitamos al dar bendiciones. Estos comentarios de Jesús y de José Smith infieren que en dichas ministraciones hubo una transmisión de poder. 

Jesús, de acuerdo con Marcos y Lucas, con frecuencia efectuó sanidades no solamente tocando a las personas sino por medio de una formal imposición de manos (ver Marcos 5:23; 6:5; 7:32; 8:22–25; Lucas 4:40; 13:13), y Él les exigió a sus discípulos que hicieran lo mismo (ver Marcos 16:18). La sanidad también se efectuaba mediante esta imposición de manos en la Iglesia posterior a la Resurrección (ver Hechos 9:12, 17; 28:8). Jesús también bendijo a los niños imponiendo las manos sobre ellos (ver Marcos 10:13–16). En la biblia La imposición de manos tiene un significado y un propósito distintos. La autoridad o poder no se traspasaba literalmente por medio de los brazos y manos a las personas, sino que la imposición de manos era una representación simbólica de quién o qué era el centro de esa acción ritual. En el Antiguo Testamento el uso de la imposición de manos se relacionaba al sacrificio y a la sucesión en un oficio. En el Nuevo Testamento, se asociaba con sanidades, con el bautismo del Espíritu Santo y con la asignación a deberes administrativos específicos en la Iglesia. Todos los ejemplos que se mencionan en el Nuevo Testamento sobre la imposición de las manos tienen las siguientes características fundamentales y unificadoras: el contexto siempre es sagrado, como lo muestra la mención frecuente de la oración, y en cada caso, algo se logra con el uso de esa práctica, aunque la imposición de manos sea una acción simbólica. 

3 Nefi—El quinto evangelio 

El tercer libro de Nefi, conocido en círculos de Santos de los Últimos Días como el quinto evangelio, describe el ministerio de Cristo entre los Nefitas posterior a Su Resurrección en términos similares a los que se usan en los cuatro evangelios en el Nuevo Testamento. Allí se enfatizan las experiencias personales del pueblo Nefita con el Mesías resucitado, y se menciona su contacto físico personal con Él así como Su imposición de manos como el acto simbólico para transmitir autoridad y poder. Además, se usaron varias formas de la palabra ministrar en relación con éstas experiencias. En su introducción al relato de la aparición, Mormón declara: “He aquí, os mostraré que a los del pueblo . . . les fueron manifestados grandes favores, y se derramaron grandes bendiciones sobre sus cabezas, al grado de que poco después de la ascensión de Cristo al cielo, Él verdaderamente se manifestó a ellos, mostrándoles su cuerpo y ejerciendo su ministerio a favor de ellos; y más adelante se hará una relación de Su ministerio” (3 Nefi 10:18–19; énfasis agregado). Leer articulo completo

CUANDO TENEMOS PREGUNTAS........

CUANDO TENEMOS PREGUNTAS........

Reducimos la esfera de lo desconocido, no cuando nos paseamos por ella, sino más bien por deleitarnos en lo que Dios ha revelado y aumentando nuestro conocimiento de ello. Es una experiencia que satisface al alma el estar leyendo el tema A y entonces que nuestra mente sea dirigida a considerar el tema B. De hecho, el meditar y reflexionar de manera seria, consistente y con oración en las revelaciones institucionales (los libros canónicos y las palabras de los oráculos vivientes) da como resultado las revelaciones individuales que incluyen —cuando el SeZor sienta que es apropiado y que estamos listos para recibir— las respuestas a nuestras preguntas más difíciles. Dichas respuestas pueden venir como respuesta específica a una preocupación específica, o pueden venir en la forma de seguridad pacífica y consoladora de que todo está bien, que Dios está en su cielo, que la obra en la cual estamos embarcados es verdadera y que los detalles se darán a conocer en el debido tiempo del SeZor. De cualquier manera, las respuestas vienen. En verdad vienen, pero solamente si vamos a la fuente correcta.

Algunas personas llegan a la conclusión falsa, y realmente más bien tonta, de que a causa de que ellos no entienden. tampoco lo hará nadie mas. Esa es una conclusión bastante presuntuosa, pero sin embargo, sorprendentemente, es muy común. La humildad requiere una postura diferente. La mansedumbre nos forzará a reconocer que puede haber alguien más, ya sea más inteligente o con más experiencia que nosotros, o aún quizás alguien que haya batallado antes con este asunto. El sentido común sugeriría que las probabilidades están en contra de la absoluta originalidad en lo que concierna a nuestra preocupación específica. Y aún si fuera posible que hallemos algo que ningún ser humano haya enfrentado jamás, aún así, existen entre nosotros personas buenas y sabias que han sido bendecidas con los dones del Espíritu — con discernimiento, con revelación, con sabiduría y juicio— para ayudarnos a poner todas las cosas en la perspectiva correcta.

Una tendencia afin para algunos es el exhibir sus dudas anunciando todas las cosas con las que tienen problemas, suponen que “por salir del closet” de algún modo se sentirán mejor acerca de sus dificultades o que puedan identificar y tomarse de la mano con otros que sufren de igual manera. Para estar seguros, uno no necesita sufrir solo. Hay ayuda disponible, y es de muy fácil acceso. Sin embargo, es muy poco el bien que sale de “tender la ropa sucia, ” de proclamar públicamente nuestras ansiedades internas, muy poco el bien para el individuo, y muy poco el bien para grupos de personas. Tales cosas solamente alimentan las dudas y las perpetúan. El élder Neal A. Maxwell preguntó “¿Por qué hay algunos miembros que se parecen a los antiguos atenienses, tan ansiosos de oír alguna nueva crítica o duda? (Véase Hechos 17: 21) De la misma forma en que algunos miembros débiles se van a otro estado para participar en juegos de azar, unos cuantos se apartan de su camino a fin de excitar sus dudas. En vez de nutrir su fe, están jugando “fuera de lugar” con su frágil fe. A la pregunta ‘¿Queréis acaso iros tambien vosotros?’ (Juan 6: 67) estos cuantos responderían: “Oh no, solamente queremos un pase de fin de semana para ir a un casino para críticos o a un club para cosas encubiertas. Tales miembros desviados tan fácilmente no son discípulos verdaderos sino seguidores casuales.” El élder Maxwell concluyó: ” los verdaderos discípulos son descritos correctamente como firmes, inmutables que siguen adelante ‘con un fulgor perfecto de esperanza’ (2 Nefi 31: 20); véase también DyC 49: 23)” En Conference Report, octubre de 1988, página 40). Por lo tanto sugiero: aguanten, sujétense a su fe. Las respuestas llegarán. Las soluciones están en el horizonte un poco adelante. . La perspectiva y la paz están al alcance.

El "Cordero de Dios" en textos pre-cristianos .

El "Cordero de Dios" en textos pre-cristianos .

Basado en investigaciones realizadas por John W. Welch 

Uno de los títulos preferidos por Nefi para referirse a Jesucristo era el de "el Cordero de Dios". Tan sólo en la visión de Nefi que se encuentra en 1 Nefi 11-14 se cuentan cuarenta y cuatro referencias a "el Cordero". Aparte de la manera en que los Santos de los Últimos Días interpretan una referencia similar en Moisés 7: 47 y quizás Isaías 53: 7, ¿qué pruebas existen en apoyo de un origen de esta terminología en el Mundo Antiguo? 

En un artículo escrito en 1979, recientemente seleccionado como uno de los estudios que más luz arrojan sobre la época del Nuevo Testamento, J. C. O'Neill propone que la expresión Cordero de Dios no fue acuñada por los cristianos, como han supuesto algunos eruditos, sino que tiene raíces en la lengua e imaginería judías muy anteriores. Las principales pruebas que aporta provienen del Testamento de José (TJ), un texto judío que probablemente procede del segundo siglo a. C. (véase más abajo el extracto clave tomado de TJ 19). 

O'Neill, arguye, por ejemplo, que ningún editor cristiano habría añadido las referencias al Cordero de Dios hechas en el TJ 19 judío, porque hacerlo presupondría dos Mesías (las figuras del león y del cordero), lo que constituiría una tradición no cristiana que restaría importancia a la preeminencia de Cristo en la obra de salvación. 

Las raíces antiguas de TJ 19 se hacen aún más evidentes cuando se compara este texto con las visiones que se hallan en 1Nefi y otros pasajes relacionados del Libro de Mormón: 

1. El autor de TJ 19 supo de la venida del Cordero en un sueño. Lehi tuvo en un sueño la misma visión que Nefi, una visión en la que aparecía el Cordero de Dios (véase 1 Nefi 11: 1, 20-21, 24, 27-36). 

2. TJ 19 describe la dispersión de las doce tribus (compárese con 1 Nefi 10: 12-13; 11: 35-12: 1). 

3. Tanto Nefi como el autor de TJ 19 ven una virgen, madre del Cordero (véase 1 Nefi 11: 13-21). 

4. La "túnica de lino fino" de TJ 19 nos recuerda la descripción de la virgen en 1 Nefi 11: 15 como "bella y hermosa" así como la túnica blanca mencionada en 1 Nefi 8: 5 y 14: 9. 

5. La bella madre da a luz a un "cordero sin mancha" en TJ 19 y a "el Hijo de Dios" en 1 Nefi 11: 18. 

6. En TJ 19 el León (¿Judá?) se encontraba a la izquierda del Cordero, mostrando su ineficacia y dejando que fuera el Cordero quien destruyera por sí solo a la bestia (compárese con 1 Nefi 11: 13, 33; 14: 13, 15). 

7. Ambos textos profetizan que el mal será destruido en los últimos días (véase 1 Nefi 11: 36; 13: 37; 14: 14-17). 

8. En TJ 19 los fieles se regocijan y son exhortados por su padre a que guarden los mandamientos de Dios, temas que son comunes en el Libro de Mormón (véase 1 Nefi 8: 38; 2 Nefi 1: 16, 27: 30). 

9. En TJ 19 , la posteridad de José ha de honrar a Judá y Leví, los judíos de Jerusalén (compárese con 1 Nefi 14: 8; 2 Nefi 3: 12; 29: 4-6). 

10. Ambos textos reconocen que la salvación por medio del Cordero vendrá "por gracia" (2 Nefi 25: 23), salvando a gentiles e israelitas (véase 1 Nefi 13: 42-14: 2) al llevarse el "pecado del mundo" (TJ 19; compárese con 1 Nefi 11: 33). 

Cuando Juan el Bautista anunció que Cristo se estaba acercando con las palabras "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1: 29), estaba sin duda alguna utilizando un título mesiánico distintivo con el que los judíos de aquellos días ya se encontraban familiarizados. Aunque los lectores cristianos modernos puedan considerar que el uso que Nefi realiza de la expresión Cordero de Dios, siglos antes de la era cristiana, es anacrónico, los paralelismos que se dan entre el Libro de Mormón y TJ 19 confirman la postura de O'Neill en lo que respecta a la antigüedad y origen pre-cristiano de la mencionada expresión. Así, Juan no fue el primero que la utilizó para referirse a Cristo; por otra parte, Juan y Nefi, al igual que Isaías, podían haberla recogido de fuentes comunes anteriores. 

El "Cordero de Dios" en el Testamento de José

 Escuchad, hijos míos, lo que vi como un sueño. Doce ciervos estaban pastando y nueve se separaron y se dispersaron por toda la tierra. Igualmente ocurrió con los otros tres ... . Y vi que de Judá nacía una virgen que llevaba una túnica de lino fino. Y de ella nació [o "salió"] un cordero sin mancha, y a su mano izquierda [había uno] como un león. Y todas las bestias comenzaron a atacarle pero el cordero las venció y las destruyó bajo sus pies. Y a causa de él los ángeles y los hombres y toda la tierra se regocijaron. Estas cosas ocurrirán á su debido tiempo, en los últimos días. Por tanto, vosotros, hijos míos, guardad los mandamientos del Señor y honrad a Judá y Leví, pues de ellos [o "de su simiente"] os surgirá el Cordero de Dios por gracia, que salvará a todos los gentiles y a Israel [o "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, que salvará así a todos los gentiles y a Israel"]. Porque su reino es un reino eterno que no será sacudido.

 

 

Reunión General de la Sociedad de Socorro

HISTORIA Y LA OBRA DE LA SOCIEDAD DE SOCORRO

HISTORIA Y LA OBRA DE LA SOCIEDAD DE SOCORRO

En la primera reunión de la Sociedad de Socorro, la hermana Emma Smith dijo: “Vamos a hacer algo extraordinario”, y tenía razón. La historia de la Sociedad de Socorro está repleta de ejemplos de mujeres comunes y corrientes que han logrado cosas extraordinarias al ejercer la fe en el Padre Celestial y en Jesucristo. La Sociedad de Socorro se estableció a fin de ayudar a preparar a las hijas de Dios para las bendiciones de la vida eterna. Los propósitos de la Sociedad de Socorro son aumentar la fe y la rectitud personales, fortalecer a las familias y los hogares, y brindar alivio al buscar y ayudar a los necesitados. La mujer cumple con dichos propósitos al procurar revelación personal, recibirla y al actuar de acuerdo con ésta en sus llamamientos y en su vida.

Este libro no es una historia cronológica ni es un intento de ofrecer una perspectiva completa de todo lo que la Sociedad de Socorro ha logrado. En vez de ello, proporciona una perspectiva histórica de la gran magnitud de la obra de la Sociedad de Socorro.

DESCARGAR "HIJAS EN MI REINO"

Estimadas Hermanas: 

Como muestra de gratitud y en honor a la bendición que constituye la Sociedad de Socorro en la vida de los miembros de la Iglesia, hemos dirigido la preparación de Hijas en Mi reino: La historia y la obra de la Sociedad de Socorro. Rogamos que este libro sea una bendición para ustedes y para aquellos en cuyas vidas ustedes influyan.

Les expresamos el amor y la admiración que sentimos hacia ustedes y reconocemos que son amadas hijas de nuestro Padre Celestial y dedicadas discípulas del Señor Jesucristo. Ustedes forman parte de una gran hermandad mundial. Guiadas por su lema “La caridad nunca deja de ser”, ustedes ayudan a fortalecer a la familia y edificar el reino de Dios sobre la tierra.

Les instamos a estudiar este libro y a permitir que sus imperecederas verdades e inspiradores ejemplos surtan una influencia en sus vidas.

Les testificamos que el Señor ha restaurado la plenitud del Evangelio por medio del profeta José Smith y que la Sociedad de Socorro es una parte importante de esa restauración. Las hermanas de la Sociedad de Socorro tienen un glorioso legado y rogamos que este volumen sea un importante recurso para preservarlo. 

La Primera Presidencia

My Servant Joseph CD by Kenneth Cope

My Servant Joseph CD by Kenneth Cope

1. Birthright
2. Thy Kingdom Come
3. Learning for Myself
4. My Servant Joseph
5. Tiny Hands
6. Founding Zion
7. Go with Me
8. Sleigh Ride
9. Going as a lamb
10. Man of Sorrows
11. Miraculous Nauvoo
12. Brothers
13. Tears Flowing Fast
14. O Lord My God
15. Why Must the Good Die?/ Free at Last
16. Come, Follow Me

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EL HOMBRE Y SU BUSQUEDA DE LA FELICIDAD

¿ A DONDÉ TE LLEVARAN TUS AMIGOS?

¿ A DONDÉ TE LLEVARAN TUS AMIGOS?

Tener amigos que siempre te eleven es una bendición incalculable. 

¿Te ha sucedido esto alguna vez? Estás sentado en la Iglesia escuchando al orador cuando de repente se oyen ruidos fuertes provenientes del techo. Para tu sorpresa, el cielo raso se abre y deja ver un brillante cielo azul y los rostros de cuatro hombres mirando hacia abajo a la congregación. Enseguida ven que ellos están bajando a otro hombre en una camilla que colocan sobre el piso de la capilla.

¿Te ha sucedido eso alguna vez? Probablemente no. Sin embargo, algo similar ocurrió durante el ministerio del Salvador. 

Una curación milagrosa 

“…unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico” la historia empieza en Lucas 5:18, “procuraban llevarle adentro y ponerle delante de [Jesús]”. El único problema era que no hallaban por dónde llevar adentro a su amigo enfermo porque ¡el lugar estaba repleto! Hasta las puertas estaban bloqueadas por la multitud, y no había manera de entrar. 

Hasta ese punto, los amigos podrían haberse dado por vencidos e irse a casa. Pero no lo hicieron. Casi te puedes imaginar la conversación: “¿Qué debemos hacer?”, dijo uno. “Tengo una idea”, dijo otro. “¡Subamos al techo del edificio y hagamos una abertura y bajémoslo hasta el piso!”. También te puedes imaginar al enfermo al escuchar esos planes extraños, decir: “¿Ustedes van a hacer qué?”. 

La historia continúa: 

“…subieron encima de la casa y por el tejado le bajaron con el lecho y le pusieron en medio, delante de Jesús.

“Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: Hombre, tus pecados te son personados” (Lucas 5:19–20). 

Los escribas y los fariseos pensaron que esto era una blasfemia, entonces Jesús respondió: 

“¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?

Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): a ti te digo: ¡Levántate!, toma tu lecho y vete a tu casa” (Lucas 5:23–24). 

La historia termina maravillosamente: 

“Y al instante, se levantó en presencia de ellos, tomó el lecho en que estaba acostado y se fue a su casa glorificando a Dios.

“Y el asombro sobrecogió a todos, y glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: ¡Hoy hemos visto maravillas!” (Lucas 5:25–26). 

Si te sientes espiritualmente débil 

Tal vez no hayas presenciado un suceso como ése, pero existen muchas maneras de aplicar esa historia a tu vida. Podrías ponerte en el lugar del hombre enfermo. Digamos que fuiste débil, no física, sino espiritualmente. ¿A dónde te llevarán tus amigos? Quizás haya una fiesta, una película u otra actividad y tienes poco que decir al respecto: ¿a dónde te llevarán? Esta historia nos enseña una lección maravillosa: Tal vez llegue el día en que no seas tan fuerte como deberías serlo. En ese momento, la elección de amigos que hayas hecho será de importancia fundamental. Escoge amigos que te lleven a Cristo. El tener amigos que siempre te llevarán a un terreno más elevado es una bendición incalculable. 

¿Qué clase de amigo eres? 

Pero hay otra manera de mirar ese pasaje de las Escrituras. Ponte en el lugar de los amigos. ¿Qué clase de amigo eres? Aunque el Salvador fue el que sanó y perdonó al hombre, los amigos también son dignos de mención. Ellos amaban a su amigo y querían ayudarlo. Ellos no se dieron por vencidos ni se fueron a casa cuando las cosas se pusieron difíciles. ¡Imagina el gozo que debieron sentir cuando miraron hacia abajo desde el tejado y vieron a su amigo tomar su cama y caminar! Ésa es otra lección: Sé la clase de amigo que lleva personas a Cristo. Esos amigos fueron valientes, persistentes e incluso creativos. En cada palabra, en cada acción, en cada elección, tú puedes guiar personas hacia el Salvador, que nos puede sanar no sólo física sino también espiritualmente. 

Sé la clase de amigo que lleva personas a Cristo.

UNA OBRA EN PROGRESO

EL TE BRINDA AYUDA

EL MATRIMONIO ETERNO

EL MATRIMONIO ETERNO

Si queremos que algo dure para siempre, debemos tratarlo de forma diferente... llega a ser algo especial porque en eso lo hemos convertido.

Hace algunos años, mi esposa y yo fuimos a una recepción nupcial que se llevó a cabo al aire libre. Horas antes, habíamos estado en el templo, donde la joven pareja que conocíamos se había casado por esta vida y la eternidad. Se amaban mucho y las circunstancias en las que se conocieron habían sido casi milagrosas. Se derramaron muchas lágrimas de felicidad. Al final de un día perfecto, esperábamos nuestro turno para saludar a la pareja. Delante de nosotros estaba un amigo cercano de la familia; se acercó a los recién casados y con su hermosa voz de tenor les cantó las conmovedoras palabras del libro de Rut: “...a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo...” (Rut 1:16–17).

Nos sentimos profundamente conmovidos y animados al pensar en su futura felicidad, supongo que, en parte, porque mi esposa y yo hemos tenido colgadas esas mismas palabras en la pared de nuestra casa durante muchos años.

Lamentablemente, la importancia de esas hermosas palabras está disminuyendo; hoy día demasiados matrimonios terminan en divorcio; el egoísmo, el pecado y la conveniencia personal a menudo se anteponen a los convenios y al compromiso.

El matrimonio eterno es un principio que se estableció antes de la fundación del mundo y se instituyó en esta tierra antes de que la muerte se introdujese en ella. Adán y Eva fueron dados el uno al otro por Dios en el jardín del Edén antes de la Caída. La Escritura dice: “...El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo...” (Génesis 5:1–2; cursiva agregada).

Los profetas han enseñado de manera uniforme que el elemento máximo y culminante del gran plan de Dios para bendecir a Sus hijos es el matrimonio eterno.

El presidente Ezra Taft Benson declaró: “La fidelidad al convenio del matrimonio trae el gozo pleno aquí en la tierra y recompensas gloriosas en el más allá” (The Teachings of Ezra Taft Benson, págs. 533–534). El presidente Howard W. Hunter describió el matrimonio celestial como la “ordenanza suprema del Evangelio”, y aclaró que aunque el lograrlo tome “más tiempo [para algunos], tal vez más allá de esta vida terrenal”, no será denegado a ninguna persona digna (Teachings of Howard W. Hunter, págs. 132, 140). El presidente Gordon B. Hinckley ha dicho que el matrimonio eterno es “una cosa maravillosa”, un “don más precioso que todos los demás” (“The Marriage That Endures”, Ensign, mayo de 1974, pág. 23).

Sin embargo, a pesar de la magnificencia y la gloria de este don, no es gratuito; de hecho, es condicional, y aunque haya sido otorgado, puede ser retirado si no guardamos las condiciones del convenio que lo acompaña. En la sección 131 de Doctrina y Convenios se nos dice:

“En la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el más alto, el hombre (esto significa la mujer también) tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]...” (D. y C. 131:1–2).

Un convenio es una promesa sagrada; nosotros prometemos hacer ciertas cosas y Dios se compromete a hacer otras. A aquellos que guarden el convenio del matrimonio Dios les promete la plenitud de Su gloria, vidas eternas, progenie eterna, la exaltación en el reino celestial y una plenitud de gozo. Todos sabemos esto, pero a veces no pensamos mucho en lo que nosotros tenemos que hacer para recibir estas bendiciones. Las Escrituras parecen decir claramente que hay por lo menos tres obligaciones inherentes a este convenio.

Primero, el matrimonio eterno es para siempre. Eterno implica un desarrollo y un progreso continuos; significa que el marido y su esposa tratarán sinceramente de perfeccionarse; significa que la relación matrimonial no se abandonará frívolamente cuando surja el primer desacuerdo o cuando los tiempos se pongan difíciles; significa que el amor será más y más fuerte con el tiempo y que se extenderá más allá de la tumba; significa que cada cónyuge será bendecido con la compañía del otro para siempre, y que los problemas y las diferencias tendrán que solucionarse porque no van a desaparecer. Eterno significa arrepentimiento, perdón, longanimidad, paciencia, esperanza, caridad, amor y humildad. Todas esas cosas forman parte de todo lo que sea eterno; y, por cierto, las tenemos que aprender y practicar si queremos lograr un matrimonio eterno.

Segundo, el matrimonio eterno es ordenado por Dios. Esto significa que los contrayentes del convenio del matrimonio están de acuerdo en invitar a Dios a ser parte del mismo, en orar juntos, en guardar los mandamientos, en mantener los deseos y las pasiones dentro de ciertos límites que los profetas han señalado; significa que son compañeros iguales y que serán rectos y puros fuera y dentro del hogar. Esto es una parte de lo que significa ser ordenado por Dios.

Tercero, el matrimonio eterno es una clase de asociación con Dios; Él promete una continuación de las vidas a aquellos que se sellen en el templo. En el mandamiento que se dio a Adán y Eva de multiplicarse y henchir la tierra va implícito un lazo de unidad con el Creador. Hay una obligación de enseñar el Evangelio a los hijos porque también son hijos del Padre Celestial. Por eso tenemos la noche de hogar y el estudio de las Escrituras, conversamos sobre el Evangelio y prestamos servicio al prójimo. También parece haber una obligación de apoyarse y sostenerse mutuamente en los llamamientos y en la función que cada uno tiene que desempeñar. ¿Cómo podemos decir que somos uno con Dios si no nos sostenemos el uno al otro cuando se llama a la esposa a servir en la Primaria y al esposo en el obispado?

De manera que el convenio del matrimonio implica por lo menos estas cosas y probablemente otras. No creo que me equivoque cuando digo que aquellos que maltratan a su cónyuge en forma verbal o física, o los que degradan, rebajan o  DESCARGAR ARTICULO