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LA VERDAD RESTAURADA

WORSHIP-OCTAPPELLA

WORSHIP-OCTAPPELLA


    *  1. Come, Come Ye Saints
    *  2. Look To God and Live
    *  3. Anthem To My King
    *  4. If You Could Hie To Kolob
    *  5. Praise To The Lord
    *  6. Redeemer of Israel
    *  7. Keeper of The Flame
    *  8. O Holy Night
    *  9. Gloria
    * 10. I Need Thee Every Hour
    * 11. Jesus The Very Thought is Sweet
    * 12. My Country Tis of Thee
    * 13. For Always
    * 14. The Spirit of God
    * 15. Nearer My God/Beautiful Savior
    * 16. Thy Spirit Lord Has Stirred Our Souls
    * Bonus track Be Still My Soul

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SIETE SÍNTOMAS PELIGROSOS DE UN MATRIMONIO ENFERMIZO por Lindsay R. Curtís

SIETE SÍNTOMAS PELIGROSOS DE UN MATRIMONIO ENFERMIZO por Lindsay R. Curtís

Durante los muchos años que he trabajado como consejero, tanto en mi profesión de médico como obispo, he notado ciertos síntomas peligrosos de un matrimonio enfermizo, los cuales agitan repetidamente sus banderillas de precaución al igual que las luces amarillas en una carretera. Las personas que son lo suficientemente listas como para reconocer estas señales de peligro, disminuirán la velocidad en el camino que están siguiendo, o se desviarán para tomar uno más seguro que los alejará de la tragedia de la incomprensión y el divorcio.

Es importante reconocer el hecho de que ninguno de estos síntomas es irrevocable, pero si se pasan por alto, si se les permite continuar en ese mismo estado, pueden ser letales para un matrimonio. Veamos si alguno de ellos se aplica a vuestro matrimonio.

 EL ABANDONO DE CORTESÍAS COMUNES 

Hace muchos años, el élder Thomas E. McKay fue mi presidente de misión en Suiza. Varios años más tarde, él y su querida esposa me visitaron en mi oficina; para ese entonces, la salud del presidente Thomas, como muchos lo llamaban, no era muy buena. Sólo con penosas dificultades podía sostenerse, y se requera la ayuda de un bastón en un lado y la hermana McKay en el otro para mantenerlo firme.

Lo observé a medida que descendía los escalones de la clínica y se dirigía al auto, el cual estaba estacionado frente al edificio. Con cierto desagrado aceptó la ayuda de la hermana McKay, y rechazó cualquier intento de ayuda que el resto de nosotros tratábamos de proporcionarle.

Siendo que el élder McKay estaba incapacitado para manejar por razón de su salud, me imaginé que su esposa lo ayudaría a introducirse el auto, pero la caballerosidad típica de la familia McKay no iba a ser sacrificada aun por la falta de salud. Ante su insistencia, los dos se dirigieron al lado donde se encuentra el volante, donde él galantemente le abrió la puerta, cerrándola después de que ella se sentó. Descargar Completo

EL MATRIMONIO: ¿UN ÉXITO O UN FRACAZO? por el élder Hugh W. Pinnock

EL MATRIMONIO: ¿UN ÉXITO O UN FRACAZO? por el élder Hugh W. Pinnock

Estos comentarios se dirigen a todos aquellos que estén dispuestos a dedicar una buena parte de su vida terrenal a la tarea de lograr que su matrimonio tenga éxito.

Hace varios años, tuve la oportunidad de conversar con Frank Shorter, corredor de maratón olímpico, que ganó en las Olimpíadas de 1972, se clasificó segundo en las de 1976 y ha ganado muchas otras carreras de fondo. Al hablar de su programa de entrenamiento, me enteré de que ha dedicado gran parte de su vida a lograr el éxito como deportista; sabe exactamente qué debe comer, cuántos kilómetros debe correr por día (son alrededor de treinta y dos), qué actitud debe tener si espera alcanzar la victoria, y otros varios detalles importantes que se relacionan con el perfeccionamiento del deporte que ha elegido. Al pensar en él, y en muchos otros' que han tenido éxito en su trabajo o profesión, me pregunté por qué no podría haber más parejas que empleen una dedicación similar para lograr el éxito en su vida matrimonial.

No conozco nada de valor en la vida que se pueda conseguir fácilmente ... y no puede haber nada que tenga más valor que un matrimonio seguro y feliz, con hijos que se sientan de la misma manera. Me dirijo aquí a todos los que desean alcanzar ese éxito, incluyendo a aquellos que han estado casados más de una vez. Mis comentarios no serán de beneficio para nadie que esté en procura de soluciones fáciles, ni tampoco para aquellos que se sientan satisfechos con limitarse a tolerar una relación matrimonial que les disgusta.

La mayoría de los matrimonios fuertes y estables han pasado por severas pruebas. Los cónyuges que se enfrentan y se sobreponen al dolor, la incomprensión y la tentación pueden disfrutar luego de una relación matrimonial hermosa y eterna. No me propongo aquí mirar hacia el pasado, sino al presente y hacia el futuro. Descargar articulo completo

El concepto Santo de los Últimos Días del matrimonio Hugh B. Brown

El concepto Santo de los Últimos Días del matrimonio Hugh B. Brown

El matrimonio es y debe ser un sacramento. La palabra sacramento se define de varias maneras, pero entre las personas cristianas significa una ceremonia o un acto religioso solemnizado por alguien que posee la debida autoridad. Es una promesa, un convenio solemne, un símbolo o unión espiritual entre las partes contrayentes, y entre ellas y Dios. El hecho de que el matrimonio fue instituido y santificado por el Señor mismo se manifiesta en las siguientes citas:

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él …“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:18, 24).Cuando Jesús salió de Galilea y fue a las costas de Judea, más allá del Jordán, lo siguió una gran multitud; y los fariseos le preguntaron en cuanto al divorcio.“Y él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, hombre y mujer los hizo,“y dijo: Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne?“Así que, no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Mateo 19:4–6).

El matrimonio cumple con los propósitos de Dios

Es obvio que Dios dispuso que el hombre y la mujer llegaran a ser uno. Al oficiar personalmente en este primer casamiento, Él santificó la institución del matrimonio. Es un estado normal, saludable y deseable, y fue instituido para cumplir con los propósitos de Dios sobre la tierra.

Es el elemento central de la entidad familiar. Es más que una institución humana que se regula únicamente mediante la costumbre y la ley civil; es más que un contrato bajo la sanción de la ley moral. Es, o debe ser, un sacramento religioso mediante el cual el hombre y la mujer se comprometen solemnemente a colaborar con Dios en su propósito declarado de poner la vida terrenal y la mortalidad a disposición de Sus hijos espirituales, y de llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna de ellos.

Hay quienes dicen que la vida más noble, más dedicada y más deseable se logra fuera del convenio del matrimonio. En otras palabras, no permitirían a aquellos que buscan la gloria más elevada el ser “contaminados por relaciones físicas o propias de los animales”. No hay justificación en las Escrituras para tal doctrina. En el libro de Proverbios leemos: “El que halla esposa halla el bien y alcanza la benevolencia de Jehová” ( Proverbios 18:22)…

Y en Doctrina y Convenios leemos: “Y además, de cierto os digo, que quien prohíbe casarse no es ordenado por Dios, porque el matrimonio lo decretó Dios para el hombre” (D. y C. 49:15).

El matrimonio en el templo trae la verdadera felicidad

Los Santos de los Últimos Días creen que a fin de obtener lo mejor de la vida y la máxima felicidad en este mundo y en el venidero, los hombres y las mujeres deben casarse en el templo por el tiempo de esta vida y por la eternidad. Sin las ordenanzas selladoras del matrimonio en el templo, el hombre no puede lograr un estado divino ni recibir la plenitud de gozo.

Para un Santo de los Últimos Días, sólo hay una clase de matrimonio que es totalmente aceptable: el matrimonio en el templo o matrimonio celestial, el cual se lleva a cabo únicamente en los templos de la Iglesia. Los templos se edifican y se dedican en santidad al Señor para proporcionar un lugar donde se puedan efectuar ceremonias y ordenanzas espirituales y eternas. Aunque reconozcamos los matrimonios civiles que lleven a cabo ministros de otras iglesias y los matrimonios civiles que efectúen oficiales de la ley u otras personas legalmente autorizadas para efectuarlos, creemos que sólo en un templo de Dios se puede llevar a cabo un matrimonio por el tiempo de esta vida y por la eternidad, y únicamente por alguien que tenga la autoridad que Cristo le dio a Pedro cuando dijo: “…todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos” (Mateo 16:19).

En las Escrituras se hace referencia a esta autoridad como “las llaves del reino de los cielos” (Mateo 16:19) y, en el matrimonio celestial, esas llaves abren la puerta de ese reino.

Las necesidades se satisfacen por completo

El hombre tiene ciertas necesidades básicas —morales, sociales, biológicas y espirituales— y éstas sólo se pueden satisfacer por completo en la institución del matrimonio eterno ordenada por Dios.

Para vivir una vida abundante aquí y tener después la vida eterna, el hombre debe amar y ser amado, prestar servicio y sacrificarse, tener responsabilidades y ejercer los poderes creativos que Dios le dio. “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

Pero quizás el mayor mérito del matrimonio no sea el beneficio que reciben el hombre o la mujer individualmente. Desde un principio, el mandamiento del Señor indica el propósito de su unión: “Fructificad y multiplicaos; y henchid la tierra y sojuzgadla” (Génesis 1:28). En el matrimonio apropiado existe la oportunidad para que el hombre satisfaga su necesidad de ser creativo y productivo. Esto se puede lograr por completo, y disfrutar debidamente, sólo en la relación matrimonial, al tener hijos y al criarlos. Los padres deben recordar que los hijos nacidos de ellos, sus hijos, también son hijos de Dios. Él es el Padre de sus cuerpos, procreados como espíritus; y durante la existencia preterrenal Él sabiamente previó que el elemento eterno y el espíritu eterno estuviesen inseparablemente conectados y recibiesen una plenitud de gozo. Por lo tanto, los Santos de los Últimos Días creen que Dios verdaderamente es el tercer integrante de esta relación, y que el traer hijos al mundo dentro de la institución divinamente autorizada del matrimonio es parte de Su plan para llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.

La naturaleza eterna del matrimonio

Cuando el Señor Jesús designó el amor a Dios y el amor a los semejantes como los dos grandes mandamientos, glorificó el amor. De hecho, se nos dice que Dios es amor; por consiguiente, como Dios es eterno, el amor debe ser eterno, y se ha dispuesto que sus frutos y bendiciones continúen a través de las eternidades venideras. Pero para disfrutar los privilegios y beneficios del amor eterno en relación con esposos y esposas, padres e hijos, la ordenanza que autoriza y santifica la más hermosa de todas las relaciones no es aceptable si está limitada “hasta que la muerte los separe”. Para que las relaciones familiares y los vínculos conyugales sean eternos, el contrato del matrimonio debe estipular, con la debida autoridad, que es “por el tiempo de esta vida y por toda la eternidad”.

Todas las personas deben comprender su responsabilidad hacia sus hijos y los convenios que hacen con respecto a ello. Cuando el Señor dijo: “…sin ellos nosotros no podemos perfeccionarnos” (D. y C. 128:18), se refería a una cadena cuyos eslabones se extienden tanto al futuro como al pasado. De hecho, tal vez tengamos mayor responsabilidad directa hacia aquellos que se nos han confiado en esta vida que hacia nuestros antepasados. No se nos puede considerar responsables por los pecados, ya sea de comisión o de omisión, de nuestros antepasados; pero Él nos ha advertido que en el caso de que nuestra posteridad falle, y si la falla se puede atribuir al incumplimiento de nuestro deber hacia ellos, entonces los pecados recaerán sobre nuestra cabeza.

Entre las bendiciones de quienes obtengan el más alto grado en el reino celestial se encuentra la de progenie eterna que, entre otras cosas, significa que aun después de la muerte los hombres pueden seguir colaborando con Dios para llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.

Progresar como compañeros eternos

El concepto Santo de los Últimos Días del progreso eterno incluye el desarrollo eterno, el aumento eterno de conocimiento, de poder, de inteligencia, de conciencia y de todas las características y habilidades que constituyen el ser un dios. Pero en el plan de Dios, el hombre no puede obtener esa condición de perfección continua en un estado inacabado o de soltería. Debe haber progreso y expansión del hombre completo; en otras palabras, el hombre que ha encontrado su otra mitad y se ha unido a ella.

Este concepto del matrimonio, con su perspectiva divina, da nuevo significado y mayor importancia, dignidad y gloria a la idea del matrimonio. Con este concepto, la persona sensata tendrá más cuidado y será más selectiva al escoger a su compañera o compañero eterno. Indudablemente, antes de establecer ese contrato sempiterno, tanto el hombre como la mujer deben ser humildes y prudentes, y buscar la guía divina por medio de la oración.

La santidad religiosa y la sanción de la relación matrimonial aumenta y se aprecia más cuando la pareja, antes de casarse —y para ello necesariamente deben ser de la misma fe— comienzan con el mismo objetivo en mente. Deben prepararse y ser merecedores de recibir la ordenanza sagrada en edificios donde sólo aquellos que son dignos pueden entrar. Allí reciben instrucción, hacen convenios y luego, frente al altar, prometen amor y fidelidad el uno al otro en presencia de Dios y de ángeles. Ciertamente, tal concepto y práctica, con sus correspondientes obligaciones, conducen a la estabilidad del hogar, la exaltación de la institución del matrimonio y la salvación de las almas de los hombres.

Un acto de fe

Ese tipo de matrimonio es esencialmente un acto de fe solemnizado en la presencia de un compañero divino. Se requieren fe y valor para llevarlo a término y perseverar hasta el fin a pesar de las dificultades, pruebas, desilusiones y pérdida de seres queridos que tengan que enfrentarse.

Cuando uno acepta las condiciones y obligaciones de este compañerismo eterno, debe entender que fracasar en ello prácticamente es un fracaso completo. No importa el éxito que tenga en otros campos o actividades; si un hombre no cumple con las obligaciones impuestas mediante el convenio eterno, el terrible castigo será la pérdida de la gloria celestial junto con la responsabilidad por las pérdidas causadas a aquellos con quienes hizo el contrato y por quienes es responsable.

“…el matrimonio lo decretó Dios para el hombre.

“Por tanto, es lícito que tenga una esposa, y los dos serán una sola carne, y todo esto para que la tierra cumpla el objeto de su creación;

“y para que sea llena con la medida del hombre, conforme a la creación de éste antes que el mundo fuera hecho” (D. y C. 49:15–17).

Los Santos de los Últimos Días creen que, a fin de obtener lo mejor de la vida y la máxima felicidad en este mundo y en el venidero, los hombres y las mujeres deben casarse en el templo.

Los Santos de los Últimos Días creen que Dios verdaderamente es el tercer integrante de esta relación [matrimonial] y que el traer hijos al mundo dentro de la institución divinamente autorizada del matrimonio es parte de Su plan.

 

LAS BENDICIONES DE LOS CONSEJOS ELDER M.BALLARD

LAS BENDICIONES DE LOS CONSEJOS ELDER M.BALLARD

Hace unos años, cuando prestaba servicio como obispo, una familia de nuestro barrio pasó por una crisis cuando el padre perdió su trabajo. Yo estaba preocupado por su bienestar y los visité para asesorarlos y ofrecerles la ayuda de la Iglesia. Curiosamente, se mostraron reacios a aceptar mi oferta de ayuda provisional, por lo que llevé el asunto al consejo de barrio. Con un espíritu de amorosa confidencialidad, compartí con ellos mi preocupación por esa maravillosa familia y les pedí ideas para saber cómo podríamos bendecirlos.

Nuestra presidenta de la Sociedad de Socorro se ofreció para visitar a la madre a fin de determinar las necesidades temporales de la familia y analizar con ellos la forma de conseguir las cosas que necesitaran —lo cual, por supuesto, era la responsabilidad de ella, según el programa de la Iglesia. En un par de días ella había logrado lo que yo no había conseguido y la familia, con humildad y gratitud, aceptó que la ayudáramos con los artículos de primera necesidad. El presidente del quórum de élderes habló con el padre sobre la familia —lo cual, por supuesto, era su derecho y deber— y se mantuvo en contacto con él para explorar maneras de conseguir un trabajo. Nuestro presidente de Hombres Jóvenes se dio cuenta de que la casa necesitaba urgentemente una mano de pintura e hizo arreglos para que los presbíteros trabajaran con el grupo de sumos sacerdotes para pintarla.

Durante el transcurso de mi conversación con los padres, me enteré de que estaban muy endeudados y atrasados con el pago de la hipoteca de la casa. De acuerdo con las pautas aprobadas de bienestar, indagué sobre la posibilidad de que sus familiares pudieran ayudar, pero recibí muy poca información. Sin embargo, nuestra presidenta de la Sociedad de Socorro pudo averiguar que la madre tenía un hermano adinerado.

“No hay razón para ponerse en contacto con él”, dijo la madre. “Hace años que ni siquiera hablamos”.

Yo comprendía su dilema, sin embargo, sentí que era importante seguir el orden de la Iglesia. De modo que lo consulté con ella y finalmente recibí su permiso para contactar a su hermano que vivía en una ciudad lejana. Lo llamé y le expliqué las circunstancias difíciles en las que se encontraba su hermana menor. A los tres días llegó a Salt Lake City y ayudó a su hermana a poner sus asuntos financieros en orden. Mientras tanto, el presidente del quórum de élderes ayudó al esposo a encontrar un trabajo estable con buenos ingresos.

Más importante, sin embargo, fue que se acercaron y se unieron más como familia. Creo que jamás olvidaré ese emotivo momento en que la madre se reunió con su hermano después de muchos años de separación. Aunque su hermano se había alejado de la Iglesia, hubo un inmediato vínculo afectivo entre los dos espíritus y, como resultado, el hermano volvió a la plena actividad en la Iglesia y reanudó su relación con la familia.

Todo esto sucedió gracias a la inspirada labor de un fiel consejo de barrio que funcionó de acuerdo con el programa que Dios ha señalado para Sus hijos por medio de Sus siervos.

Cómo fortalecer a los que necesitan ayuda

“Los miembros del consejo de barrio se esfuerzan por estar informados de las necesidades, del bienestar y del progreso espiritual de los miembros de sus organizaciones. También se mantienen informados sobre los miembros que se enfrentan a problemas especiales o a circunstancias variables. Esta información les permite fortalecer a quienes más precisan su ayuda”.

Manual de Instrucciones 2: Administración de la Iglesia, 2010, sección 4.5.1.

EL EX MISIONERO Élder L. Tom Perry

EL EX MISIONERO Élder L. Tom Perry

En esta tarde deseo dirigir mis palabras a un grupo en particular. Durante los últimos años, cientos de miles de ustedes han regresado de haber servido en una misión regular y cada uno prestó oído al mismo llamado que el Señor dio a Sus discípulos:

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19– 20).

Ustedes tuvieron el privilegio de ir a muchas partes del mundo con objeto de llevar el mensaje del Salvador: una invitación para venir a Él y gozar de los frutos de Su Evangelio; tuvieron el privilegio de vivir en diversas culturas y de aprender diferentes idiomas.

También fue una época para edificar su testimonio personal de la misión de Jesucristo. Con los años, siempre ha sido un honor para mí conversar con ustedes, ex misioneros; muchos añoran regresar y visitar a la gente a la que tuvieron el privilegio de servir; anhelan compartir momentos de sus experiencias en el campo misional; en sus invitaciones de bodas y en el currículum de trabajo escriben algo que los identifica como ex misioneros.

A pesar de que ya no llevan una placa misional, parecen ansiosos de identificarse a sí mismos como alguien que ha servido al Señor como misionero; además, recuerdan eso con afecto puesto que descubrieron el gozo del servicio en el Evangelio.

También he aprendido por nuestras conversaciones que la adaptación después de salir del campo misional y el regreso al mundo que dejaron atrás a veces es difícil. Tal vez sea difícil mantener vivo el espíritu de la obra misional cuando se deja de ser misionero regular de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Permítanme ofrecerles algunas sugerencias:

Uno de los recuerdos más vívidos que tengo del ser misionero es lo mucho que me acerqué al Señor mediante la práctica regular de la oración. En aquel entonces, la casa de la misión estaba en la calle State, en Salt Lake City; era una casa espaciosa que se había convertido en el centro de capacitación misional. Tenía amplios dormitorios con más o menos 10 camas por habitación. Ingresé un domingo por la noche.

La semana antes de entrar al campo misional fue emocionante: hubo muchas fiestas y despedidas y me temo que no había descansado ni me había preparado debidamente para la capacitación que iba a recibir en la casa de la misión. Al finalizar ese primer día en la casa de la misión, estaba agotado y mientras esperaba que los demás misioneros se prepararan para acostarse, me tiré en la cama y me quedé dormido; sin embargo, mi sueño se vio interrumpido con el sentimiento de que había gente a mi alrededor. Al despabilarme, escuché las palabras de una oración.

Abrí los ojos y, para mi sorpresa, noté que todos los élderesde nuestro dormitorio se habían arrodillado alrededor de mi cama para finalizar el día con una oración. Cerré rápidamente los ojos y me hice el dormido. Sentía demasiada vergüenza para salir de la cama y unirme a ellos. A pesar de que mi primera experiencia al orar como misionero fue vergonzosa, fue el principio de dos años maravillosos de invocar frecuentemente la guía del Señor.

Durante la misión, oraba con mi compañero cada mañana al comenzar un nuevo día. El proceso se repetía cada noche antes de acostarnos.

Decíamos una oración antes de estudiar, una oración antes de salir a golpear puertas y, por supuesto, oraciones especiales cuando necesitábamos guía especial para dirigir nuestro trabajo misional. La frecuencia de nuestras súplicas al Padre Celestial nos daba la fortaleza y la valentía para seguir adelante en la obra a la que se nos había llamado.

Las respuestas venían, a veces asombrosamente, de manera directa y positiva. La guía del Santo Espíritu parecía magnificarse cuanto más acudíamos al Señor en procura de dirección en un día determinado.

Al contemplar mi vida después de la misión, me doy cuenta de que hubo periodos en los que pude mantener la misma cercanía que tuve Ver o Descargar

COMO ENTREVISTAR Y ACONSEJAR

Hace algunos años la iglesia preparo este pequeños libro , que fue una ayuda para los obispos en el tema de entrevistar y aconsejar, espero les guste.

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Una Aproximación a la Psicología Satánica

Una Aproximación a la Psicología Satánica

Un poco Siniestro el titulo del artículo, pero, si hay algo que es importante en esta vida es: ¿Cómo luchamos la batalla?

Hago referencia a esto ya que en las lecturas del libro de mormón me he encontrado con algo que vale el esfuerzo meditar, y es que muchas veces NO sabemos cómo luchar contra el adversario, y es simplemente porque no conocemos el modo de pensar y de actuar del mismo. El libro de mormón nos muestra una sencilla manera de conocer y aprender de cómo prepararse para la batalla...

"y sabiendo [Moroni] también que el único deseo de los nefitas era preservar sus tierras, su libertad y su iglesia, no consideró, por tanto, que fuera pecado defenderlos mediante la estratagema; de modo que se enteró, por medio de sus espías, del rumbo que iban a tomar los Lamanitas". [Alma Capitulo 43:30, Cursiva Agregada]

La clave, conocer a nuestro enemigo, ósea, al enemigo de toda rectitud, a quien desea nuestra miseria más que todo, a aquel que desea quitarnos la opción de la exaltación, el regreso a la presencia de nuestro Padre Celestial...

Una Aproximación a la Psicología Satánica

Por Campo Ricardo Burgos López

El irlandés Clive Staples Lewis fue uno de los pocos pensadores del siglo XX que no sólo sostuvo la existencia de los ángeles caídos sino que así mismo dedicó varias obras a analizar la psicología de tan siniestros personajes. Entre estas obras, este artículo quisiera detenerse en Cartas del diablo a su sobrino (The Screwtape Letters), novela corta de 1942 que es a la vez un ensayo religioso y ético, y donde Lewis ofrece un perfil iluminador acerca del "Príncipe de las Tinieblas".

En un mundo donde la figura del demonio ya no la toman en serio ni las mismísimas sectas satánicas (recordemos que buena parte de ellas consideran al diablo una metáfora pero de ningún modo un ser personal efectivamente existente), el irlandés Clive Staples Lewis fue uno de los pocos pensadores del siglo XX que sí se atrevió a hacerlo. Lewis no sólo sostuvo la existencia de los ángeles caídos sino que así mismo dedicó varias obras a analizar la psicología de tan siniestros personajes. Entre estas obras, este artículo quisiera detenerse en Cartas del diablo a su sobrino (The Screwtape Letters), novela corta de 1942 que es a la vez un ensayo religioso y ético, y donde Lewis ofrece un perfil iluminador acerca del "Príncipe de las Tinieblas". No obstante, antes de pasar a referir este perfil y las consecuencias que de allí pueden derivarse, sólo para aquellos que no han oído hablar de Lewis, sería interesante destilar unas gotitas biográficas sobre el autor.

¿Quién fue C. S. Lewis?

C. S. Lewis nació en Irlanda en 1898, fue profesor de literatura medieval y renacentista, y gran amigo de J.R.R. Tolkien. Ateo por muchos años, finalmente acabó convirtiéndose al cristianismo en su variedad anglicana y transformándose así en uno de sus más formidables apologistas. En libros como El problema del dolor o Mero cristianismo, Lewis demostró que la teología no tiene por qué ser aburrida y que, por el contrario, puede ser amenísima. Así mismo, en el campo de la ciencia-ficción alcanzó la celebridad con la trilogía Más allá del planeta silencioso, Perelandra y Esa fuerza maligna, novelas donde curiosamente se fusionan las peripecias de la literatura fantástica con un punto de vista cristiano (algo que rara vez ocurre en el más bien ateo género de la ciencia - ficción). Además de lo anterior, Lewis fue el creador de las Crónicas de Narnia, una celebrada saga de relatos infantiles. Por algunos calificado de extremadamente conservador en sus posiciones filosóficas - teológica, lo cierto es que Lewis es uno de esos escritores que tiene el mérito de explicar en términos sencillos los más abstrusos temas religiosos y éticos, y alguien que - se esté o no de acuerdo con su pensamiento - ya ha alcanzado la categoría de clásico. Muerto en 1963, lo que mejor definiría a Lewis sería decir que él también pertenecía a esa maravillosa tradición de la lengua inglesa en la cual se encuentran nombres como Bertrand Russell o Carl Sagan, que - dado que entendían de qué estaban hablando- no se escondían en lenguajes retorcidos y tenían el buen hábito de escribir claro.

Cartas del diablo a su sobrino

Cartas del diablo a su sobrino es el título en español de The Screwtape Letters (que si se tradujera literalmente del inglés, sería algo así como "Las Cartas de Escrutopo"). La obra está conformada por las epístolas que el demonio Escrutopo envía a su sobrino, el inexperto demonio Orugario. Orugario apenas si acaba de completar su adiestramiento en la escuela de demonios, y acaba de ser asignado como tentador de un joven inglés que reside en Londres durante la Primera Guerra Mundial. A lo largo del libro nunca conocemos las cartas que Orugario envía a Escrutopo ni llegamos a conocer el nombre del "paciente" (así llama Orugario al joven inglés). Lo único a lo cual tenemos acceso es a los comentarios de Escrutopo acerca de lo bien o mal que Orugario está cumpliendo con su labor. Escrutopo sugiere todo el tiempo a Orugario, diversas estrategias para inducir al pecado al paciente y enfrentar a El Enemigo (Dios) en la lucha por el alma del humano. Así, vamos asistiendo al desarrollo de una vida humana pero desde la perspectiva demoníaca. A través de los ojos del demonio observamos cómo el paciente se convierte al cristianismo, cómo se intenta sacarlo de esa religión, cuáles son sus relaciones con su novia, su madre y sus amigos, qué temores expresa ante la Primera Guerra Mundial. El relato concluye cuando los alemanes empiezan a bombardear Londres y ...¡Bueno, no más!

Para el caso que nos ocupa, es decir la imagen del demonio que nos entrega el libro, es importante considerar que Lewis se ubica en clara contraposición con la imagen demoníaca que el arte y los medios de comunicación han ofrecido a partir del Fausto de Goethe (en los últimos siglos Satanás ha dejado de verse como un ángel resueltamente malvado y DESCARGAR COMPLETO

EL PECADO INVOLUNTARIO DEL REY BENJAMIN

EL PECADO INVOLUNTARIO DEL REY BENJAMIN

Al explicar la expiación de Jesucristo, el rey Benjamín señala con claridad que además de expiar la caída de Adán, "su sangre expía los pecados de aquellos ... que han muerto sin saber la voluntad de Dios concerniente a ellos, o que han pecado por ignorancia" (Mosíah 3:11). Para el lector moderno, la noción de pecar sin intención puede resultar ilógica. ¿No consiste un pecado en una violación consciente de un mandamiento de Dios? Si alguien transgrede una ley de Dios en ignorancia, ¿existe alguna culpa o culpabilidad que requiera el arrepentimiento?.

Aunque la mente moderna tiende a ver el pecado principalmente como una mala elección o una mala intención, la mente antigua incluía otras muchas dimensiones en su concepto de pecado, tales como la profanación, el accidente, el error, o el juicio equivocado. La impureza podía ser consecuencia, por ejemplo, de cualquier contacto directo o indirecto con un cadáver, incluso aunque la persona no fuera consciente de dicho contacto (Números 19: 14). De igual modo, era incorrecto tocar el arca del convenio por error, incluso aunque la persona tuviera buenas intenciones (2 Samuel 6: 6-7). En los tiempos del Antiguo Testamento, el concepto de pecado abarcaba muchos matices de cosas tales como las equivocaciones, los fallos, las dobleces, la rebelión, el extraviarse, el vagabundeo, o el ser hallado en algún otro tipo de falta, ya fuera consciente o no.

En Números 15: 27-29, la ley de Moisés prescribe lo que se debería hacer "si una persona pecare por yerro". El transgresor debe traer una cabra para realizar una ofrenda por el pecado y "el sacerdote hará expiación por la persona que haya pecado por yerro" (v. 28). A modo de contraste, si una persona que "despreciando la palabra del Señor" peca "con presunción", esa persona será "cortada" (Números 15: 30-31). De hecho, la inadvertencia era "un criterio clave en todo sacrificio expiatorio, [pues] el que peca con descaro deliberado es excluido del santuario".

Sabiendo esto, podemos comprender mejor por qué Benjamín aseguró, de manera tan expresa, que el sacrificio de Jesucristo expiaría los pecados de los que "pecaron por ignorancia". El pueblo de Benjamín se habría preguntado con toda naturalidad, mientras éste describía en qué consistía la expiación prometida, si su eficacia alcanzaría toda categoría de pecado o sólo ciertas clases de transgresión. Se les dijo que la expiación de Cristo cubriría automáticamente la caída de Adán y los pecados cometidos en ignorancia. Aunque las teologías modernas considerarían que los pecados no intencionados son únicamente significativos de forma marginal, éstos constituían una parte esencial de los conceptos de expiación y de sacrificio expiatorio en el antiguo sistema de sacrificios. A la vez, Benjamín también pronunció un clamoroso lamento eterno sobre los impenitentes que transgreden la ley de Dios a propósito, los que se declaran "en rebelión manifiesta contra Dios" (Mosíah 2: 33, 37; 3:12). El perdón por una mala conducta intencionada depende de un íntegro cambio de corazón.

Además, Mosíah 3 reconoce dos tipos de pecados por ignorancia: (1) algunas personas viven y mueren ignorando la voluntad de Dios concerniente a ellos (v. 11) tal como se revela en la ley escrita de Moisés (v. 14) y por tanto transgreden la ley, mientras que (2) otras personas presuntamente conocen la ley de Dios en cierta medida, pero aun así pecan fortuitamente o por desconocer el auténtico significado y aplicación de la ley.

Es interesante señalar que hubo otro pueblo antiguo que, de forma similar, habló de varios tipos de pecados por ignorancia. Los Rollos del Mar Muerto castigaban "un único pecado no intencionado" con una pequeña sanción (1QS 9:1-2); pero parece ser que el error repetido se toleraba. El descuido se podía deber a falta de cuidado o al mal juicio, pero también podía provenir del desconocimiento de los "asuntos ocultos" del seno de la Ley de Moisés, que sólo eran conocidos por la secta de Qumrán. Por supuesto, quien se "rebelaba" abiertamente contra las porciones reveladas de le ley que eran obvias a todo el mundo era castigado de forma muy severa (1QS 8: 17-18; 4Q159 2-3).

El pecado involuntario preocupaba mucho más a los antiguos que a nosotros hoy en día. Aunque nos preocupamos muy poco por tales pecados, esto se debe únicamente a que sabemos que el sacrificio infinito de Cristo los ha expiado. Incluso aunque ahora nos mostramos menos preocupados por los pecados no intencionados, las palabras de Benjamín nos recuerdan que no debemos permanecer ignorantes de este aspecto del sacrificio expiatorio de Cristo, ni debemos dejar de mostrar nuestro agradecimiento por el mismo.

EL BUEN SAMARITANO, SIMBOLOS OLVIDADOS

EL BUEN SAMARITANO, SIMBOLOS OLVIDADOS

De todos los relatos que contó Jesucristo, la parábola del buen samaritano se cuenta entre los que más influencia ha tenido en nosotros. Se la contó a un hombre que le había preguntado: “…Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”. Jesús le respondió con una pregunta: “…¿Qué está escrito en la ley?”. El hombre contestó, refiriéndose a Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18: “…Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… y a tu prójimo como a ti mismo”.Cuando Jesús prometió “haz esto, y vivirás”, el hombre replicó desafiante: “…¿Y quién es mi prójimo?”. En respuesta a las preguntas de aquel hombre, Jesús relató la parábola del buen samaritano (véase Lucas 10:25–35).

Significados más profundos

El Salvador solía hablar en parábolas porque cada una encierra un significado más profundo que sólo entienden aquellos que tienen “oídos para oír” (Mateo 13:9). El profeta José Smith afirmó que los incrédulos no entienden las parábolas del Salvador. “Pero [el Señor] explicaba [las parábolas] a Sus discípulos con claridad”, y nosotros podemos entenderlas, enseñó el Profeta, “si tan sólo… queremos abrir los ojos… y leer con candor”1. El comprender este principio nos invita a reflexionar en el mensaje simbólico del buen samaritano. A la luz del Evangelio de Jesucristo, este magistral relato compendia de manera brillante el plan de salvación de un modo tal que pocos lectores actuales han percibido. El contenido de esta parábola es eminentemente práctico y conmovedor respecto a su significado obvio, pero una antigua tradición cristiana también considera la parábola como una alegoría impresionante de la Caída y la Redención de la humanidad. Esta primitiva comprensión cristiana del buen samaritano se representa en la famosa catedral de Chartres, Francia, del siglo XI. Una de sus vidrieras, en la parte superior de la ventana, muestra la expulsión de Adán y Eva del Jardín de Edén; y para mostrar la relación que hay entre las dos historias, la parábola del buen samaritano aparece en la parte inferior. Esto refleja “una interpretación simbólica de la parábola de Cristo que era bien conocida en la Edad Media”2. Al ver esta ventana me pregunté:

¿Qué tiene que ver la caída de Adán y Eva con la parábola del buen samaritano? No tardé en descubrir la respuesta3. La raíz de esta interpretación alegórica se remonta a los comienzos del cristianismo. En el siglo II a. de C., Ireneo en Francia y Clemente de Alejandría vieron al buen samaritano como un símbolo de Cristo mismo, que salva a una víctima caída, herida por el pecado. Años después, Orígenes, discípulo de

Clemente, declaró que esta interpretación le llegó de los primeros cristianos, que describieron la alegoría de ese modo:

“El hombre que cae es Adán. Jerusalén representa el paraíso y Jericó el mundo. Los ladrones son los poderes hostiles. El sacerdote es la ley, el levita simboliza a los profetas y el samaritano es Cristo. Las heridas son la desobediencia; la cabalgadura es el cuerpo del Señor; el [mesón], que acepta a todo el que desee entrar, es la Iglesia… El mesonero es la cabeza de la Iglesia, a cuyo cuidado se ha confiado. Y el hecho de que el samaritano promete volver representa la segunda venida del Salvador”4. Esta lectura alegórica no sólo fue impartida por los antiguos seguidores de Jesús, sino

que era prácticamente universal en la cristiandad de la época y fue defendida por Ireneo, Clemente y Orígenes, y en los siglos IV y V refrendada por Crisóstomo en Constantinopla, Ambrosio en Milán y Agustino en el norte de África. Esta interpretación se encuentra, de una forma más completa, en otras dos vidrieras medievales de las catedrales francesas de Bourges y Sens.

Un símbolo y sombra del plan de salvación

Los lectores mejoran su comprensión al reflexionar en las Escrituras, concretamente porque estos escritos testifican de Jesucristo (véase Juan 5:39). La parábola del buen samaritano testifica de Cristo; enseña sobre el plan de salvación, el amor expiatorio del Salvador y nuestro trayecto hacia el legado de la vida eterna. Se puede leer no sólo como un relato de un hombre que descendió de Jerusalén a Jericó, sino también como el de alguien que descendió de la presencia de Dios para vivir en la tierra. Ese significado adquiere una mayor notoriedad a la luz del Evangelio de Jesucristo restaurado por conducto de los profetas de los últimos días.

Analicemos las partes del relato:

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LA VOZ DEL SEÑOR PARA EL SACERDOCIO

SOPA DE POLLO PARA EL ALMA

SOPA DE POLLO PARA EL ALMA

Sopa de pollo para el Alma es entre muchos libros una gran obra que en muchas ocasiones nos ilumina el día con las experiencias, anécdotas e historias que en el se plasman, es realmente muy agradable de leer, esa representa la opinión de alguien que realmente disfruta la lectura , los autores de esta obra dedicaron mucho de su tiempo para realizar las cientos de entrevistas a una gran diversidad de personas de todo tipo y niveles sociales, solo por exponer la vivencia de estas gentes que pudiesen servir de apoyo o luz para otros.Les dejo 7 ediciones de libro.

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CHARLA FOGONERA SEI APOSTOL L. TOM PERRY

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MATRIMONIO CELESTIAL

MATRIMONIO CELESTIAL

A fin de que todos podamos estar unidos en pensamiento y estemos capacitados para edificar el mismo fundamento, teniendo presente los mismos principios eternos, comenzaré por citar tres o cuatro pasajes breves de las Escrituras. Ruego que seamos uno en sentimiento y actitud, en lo que concierne a estos grandes principios de doctrina, y que hayamos afianzado en nuestras almas la determinación de hacer todas las cosas que deben hacerse durante nuestra probación terrenal para heredar la plenitud de la gloria del reino de nuestro Padre.

Tomo como texto estas palabras de la sección 42, la revelación intitulada "La ley de la Iglesia":

''Amarás a tu esposa con todo tu corazón, y te allegarás a ella, y a ninguna otra." (D. yC. 42:22.)

Y con el espíritu de esas palabras, tomo del libro de Rut, en el Antiguo Testamento, estas expresiones, que aunque originalmente no fueron pronunciadas con referencia al matrimonio, contienen un principio que es totalmente aplicable:

''No me niegues que te deje, y me aparte de ti; porque a donde quiera que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aún me añada", y ahora haré un leve cambio: que ni "la muerte hará separación entre nosotras dos." (Rut 1:16-17.)

Un pasaje de la sección 49 de Doctrinas y Convenios resume la declaración respecto al matrimonio para nuestra dispensación. El Señor dijo:

"Y además de cierto os digo, que quien prohibiere el matrimonio, no es ordenado de Dios; porque el matrimonio es instituido de Dios para el hombre.

Por lo tanto, es lícito que tenga una esposa, y los dos serán una carne, y todo esto para que la tierra cumpla el objeto de su creación;

Y para que sea henchida con la medida del hombre, conforme a la creación de éste, antes que el mundo fuera formado". (D. y C. 49:15-17.)

Cuando nosotros como Santos de los Últimos Días hablamos acerca del matrimonio, estamos hablando acerca de una orden celestial y santa; estamos hablando acerca de un sistema del cual puede emanar el mayor amor, gozo, paz, felicidad y serenidad que la humanidad haya conocido; estamos hablando acerca de crear una unidad familiar la cual tiene el potencial de ser perpetua y eterna, una unidad familiar donde el hombre y la mujer pueden continuar en esa asociación por toda la eternidad, y donde la madre, la hija, el padre y el hijo están unidos por lazos eternos que nunca serán destruidos. Estamos hablando acerca de crear una unidad más importante que la Iglesia, más importante que cualquier otra organización que existe sobre la tierra o en los cielos, una unidad la cual conduzca a la exaltación y la vida eterna; y cuando hablamos acerca de la vida eterna, nos referimos a la clase de vida que lleva Dios, nuestro Padre Celestial.

En esta última y gloriosa dispensación del evangelio hemos recibido la verdad más básica de toda la eternidad, y dicha verdad concierne a la naturaleza y clase de ser que Dios es; la vida eterna es conocer al Padre y al Hijo. ( Juan 17:3.) No hay manera posible de avanzar grado por grado, paso por paso a la exaltación que buscamos, a menos y hasta que lleguemos a un conocimiento de la naturaleza y clase de ser que Dios es; por lo tanto, cuando hablamos de la vida eterna, nos referimos a la clase de vida que Dios, nuestro Padre, vive; y cuando hablamos acerca de El, nos referimos a un hombre santo, perfecto, exaltado y noble, un individuo, un personaje, un ser con "un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre" (D. y C. 130:22). Nos referimos a alguien que es un padre literal, que es el Padre de los espíritus de todos los hombres. Todos nacimos como miembros de su familia; hemos visto su rostro;DESCARGAR

LA ÚNICA DEFENSA PURA

LA ÚNICA DEFENSA PURA

 La Segunda Guerra Mundial terminó tan bruscamente como había empezado cinco años antes. De pronto, tenía algo que no había estado seguro que tendría: tenía un futuro. Era un sentimiento extraño; ¿qué se hace con un futuro?

Me encontraba en Ishima, una pequeñísima isla en la costa noroeste de Okinawa. Pocos días antes, todo en la isla había sido destruido por un tifón de un poder tan feroz que los grandes barcos se hundieron y los aviones salieron despedidos de la isla. La tormenta había pasado, la guerra se había acabado, y yo tenía un futuro. 

Una noche tranquila, despejada e iluminada por la luna, me senté cerca de la playa en lo alto de un acantilado. Hacía tan sólo unos días, el océano, tan tranquilo ahora, se agitaba con enormes olas que sobrepasaban ese acantilado. Estuve sentado durante horas meditando y orando y decidí lo que haría con mi futuro: sería maestro. 

Tenía un diploma de la escuela secundaria que obtuve mediante calificaciones aceptables; tenía un testimonio ferviente del Evangelio restaurado de Jesucristo y cierto conocimiento de las Escrituras como resultado de horas, días, semanas y meses de estudio. No sabía qué era lo que iba a enseñar; podría aprender algunos temas prácticos y seculares. 

Me esforcé en mis estudios universitarios, los cuales se acortaron un año debido a las asignaturas que había tomado en la aeronáutica que se me reconocieron por haber sido piloto de la Fuerza Aérea. Tenía un título universitario en educación; pero, aun más importante, tenía una esposa y dos pequeños varones. 

De repente, me contrataron a mitad de año como maestro de seminario para reemplazar al hermano John P. Lillywhite, que había sido llamado para que dejara el aula de clases y presidiera la misión de los Países Bajos. Así supe lo que tenía que hacer con mi futuro. 

No imaginaba que estaría hoy aquí hablando a los maestros; estaba contento en aquel entonces, y estaría contento si ahora fuese maestro en el salón de clase. 

Al saber lo que sé ahora, no espero que en el campo del destino se me recompense por mi llamamiento presente por encima de los que he conocido de entre ustedes, y que entregan su vida, día tras día, enseñando en el salón de clase.

Pero aquí estamos. Digo estamos porque mi esposa está conmigo. No sabemos cuántos años se nos han concedido, no muchos me imagino, pero tenemos el testimonio seguro del Padre y del Hijo y el don inefable del Espíritu Santo.

Sabemos que el ser del mundo invisible que atacó al joven José en la Arboleda Sagrada siempre está cerca, porque, como lo dijo Pedro: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). 

Ahora, de acuerdo con los criterios morales, sociales, políticos y aun intelectuales, parece que estamos perdiendo; pero la humanidad también sabe que en la gran escena final, Satanás no puede ganar. 

Hay cerca de 41.000 de ustedes. Comparados con la necesidad que existe, no es una gran cantidad, pero recuerdo haber oído decir a sir Winston Churchill en las horas más negras de la Segunda Guerra Mundial, al dirigirse a unos cuantos pilotos de la Real Fuerza Aérea que afrontaban contratiempos casi insuperables: “Jamás en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto a tan pocos”. 

En octubre de 1983, regresé de Sudamérica y casi de inmediato me dirigí a Londres para reunirme con el élder Neal A. Maxwell en la primera conferencia regional. Iba a reemplazar a un miembro de la Primera Presidencia. Aquella primera conferencia era algo así como un experimento.

Nos encontramos en la capilla Hyde Park para una reunión del sacerdocio de cuatro horas. El élder Maxwell habló primero y citó al rey Benjamín: “… Hermanos… no os he mandado subir hasta aquí para tratar livianamente las palabras…” (véase Mosíah 2:9). Lo que dijo a continuación cambió mi vida: “Hemos venidos a ustedes hoy día en nuestra verdadera identidad de apóstoles del Señor Jesucristo”. 

De pronto, mi cuerpo se llenó de calidez y de luz. El cansancio del viaje fue reemplazado por la confianza y la confirmación. Lo que estábamos haciendo contaba con la aprobación del Señor. 

Nunca he olvidado aquel momento; fue como esos momentos de inspiración que cada uno de ustedes ha experimentado. Tales momentos confirman que el Evangelio restaurado de Jesucristo es verdadero. 

EL LIBRO DE LA MEMORIA 

Al prepararme para reunirme con ustedes, fue difícil mantener cerrado el libro de la memoria.Recuerdo a J. Wiley Sessions, alto y sonriente, quien abrió el primer instituto de religión en Moscow, Idaho. 

Thomas J. Yates, ingeniero de la planta de electricidad de las montañas que están al este de Salt Lake City, bajaba el cañón a caballo todos los días para enseñar en Granite la primera clase de seminario integrado. Nunca conocí al hermano Yates, pero me acuerdo de quienes lo reemplazaron. DESCARGAR

NO OS UNÁIS EN YUGO DESIGUAL

NO OS UNÁIS EN YUGO DESIGUAL

Me siento muy conmovido por lo que ha sido presentado aquí por el hermano Neal A. Maxwell y el hermano Marion D. Hanks, y estoy completamente consciente de la importancia del mensaje que os estamos transmitiendo acerca de la educación. Oro, y espero que vosotros también oréis, porque continúe el mismo espíritu que hemos gozado en esta reunión.

Hace varios años el matrimonio Marriott, mi esposa Donna y un servidor, fuimos a una feria regional en New Hampshire. Era otoño, y el día estaba hermoso; además la feria se veía tan lucida como las de antaño.

El centro de atracción de la feria fue una competencia que tradicionalmente solía hacerse. Varias parejas de animales de carga con pesados yugos de madera fueron alineadas para competir. La rastra que tenían que jalar estaba cargada con bloques de cemento de 4500 kilos para comenzar. La meta era que la pareja de animales moviera la carga un metro.

Observé a una pareja bien acoplada de grandes animales de color gris azulado. Eran cruzados de razas Holstein y Durham que habían competido en la temporada pasada. Debido a su tamaño, eran los favoritos.

A cada equipo se le dieron tres oportunidades para mover la carga. Si lo hacían fácilmente, se agregaba más peso a la carga hasta que uno por uno iban siendo eliminados de la competencia. Una por una, cada pareja iba siendo enganchada a la carga. Cada dueño jalaba cuidadosamente a los animales hasta la carga; les daba una palmadita en el lomo, les sonreía, les hablaba en voz baja; y luego, los picaba, y a un mandato en voz alta empezaban a tirar de la carga.

Pero para mi sorpresa ¡los enormes animales no movieron la carga!, sino más bien un pequeño e indescriptible par de animales, que no tenían el mismo tamaño, ni aparentaban ser una buena pareja, movieron la carga las tres veces.

Me quedé sorprendido, y fascinado me dirigí al dueño —por cierto un hombre grande de edad, oriundo de Nueva Inglaterra— que se encontraba entre la multitud y le pregunté si podía explicarme cómo había podido suceder. Y luego me explicó. Físicamente hablando, los animales grises eran grandes y fuertes, la mejor pareja entre todas las demás; pero estos pequeños animales resultaron mejores en cuanto a trabajo en equipo y coordinación, porque ellos jalaron la carga exactamente al mismo tiempo y la fuerza que produjeron en equipo fue lo que movió la carga.

Uno de los grandes animales grises había jalado un segundo antes o un segundo después que el otro —algo así como un jugador de fútbol fuera de lugar— y la fuerza empleada resultó un intento inútil. La yunta se doblegó pues la carga resultó demasiado pesada.

Si hiciera de esto una moraleja, comenzaría usando el típico lenguaje del Libro de Mormón, “Y he aquí que el tamaño y la fuerza no son suficientes. También se requiere un trabajo en equipo.”

Todo lo que tengo que decir en el tiempo que se me ha asignado aquí acerca de la educación, puede ser demostrado mediante el relato anterior acerca de aquel equipo de trabajo que formaban los dos animales de carga. En la Iglesia debemos tener equipos de trabajo en la educación; no la clase de equipos que compiten en medio de una relación de rivalidad, como se ve en las competencias atléticas; sino en el equipo de trabajo como el de la pareja de animales, o sea, jalando al mismo tiempo juntos.

En la educación tenemos dos grupos. En uno están los profesionistas, empleados y maestros asalariados dirigidos por supervisores y administradores, y en el otro tenemos a los oficiales del sacerdocio que han sido ordenados y llamados para presidir. Ellos están trabajando hombro con hombro en el barrio, en la estaca y a nivel regional, y ambos están presididos por la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce, quienes son representados por el Consejo de Educación de la Iglesia.

Ahora bien, basándonos en algunas cosas que se han observado últimamente, hay razón para creer que nos encontramos en un punto en que necesitamos elevar una voz de amonestación, tal como lo hizo Pablo a los corintios y decir a nuestras fuerzas educativas por medio de vosotros: “No os unáis en yugo desigual” (2 Corintios 6:14).

Virtualmente, durante los años pasados, todas las instrucciones en cuanto a educación habían sido comunicadas a las estacas y barrios, distritos y ramas, por medio de aquellas personas empleadas como administradores, supervisores y maestros dentro de nuestro Sistema Educativo de la Iglesia.

Con excepción de breves instrucciones, nada había sido comunicado a los presidentes de estaca, a los presidentes de misión, obispos, o presidentes de rama —autoridades locales del sacerdocio— acerca de sus responsabilidades en los programas educativos.

No ha habido una conferencia trimestral de estaca destinada a la educación y hemos concedido muy poca atención a esto en los seminarios para, Representantes Regionales, como vosotros sabéis. En muchas partes parece que los directores locales del sacerdocio pueden retrasarse un poco, y cuando lo hacen, con frecuencia nos encontramos en una situación que podrá parecerse a la del ejemplo anterior, con uno de ellos rezagado sin saber exactamente qué hacer, y el gran esfuerzo que se emplee será desperdiciado en un tirón o en un forcejeo, en lugar de obtener el progreso que tanto deseamos.

Las Autoridades Generales piensan que ha llegado el momento de dar una señal clara que sea entendida tanto por los directores locales del sacerdocio, por una parte, como por los seminarios, institutos y personal docente de la Iglesia, por la otra.

Se ha acordado que esta reunión sea precisamente el lugar donde salga dicha instrucción. Por tanto, vosotros, Representantes Regionales, daréis instrucciones a los directores locales del sacerdocio acerca de lo que tienen que hacer para alcanzar el progreso en cuanto a la educación. El hermano Neal A. Maxwell, el hermano Joe J. Christensen y sus asociados darán la instrucción equivalente al personal profesional. Entre paréntesis, se pensó que la necesidad de esta instrucción era lo suficientemente importante para designar esta hora a fomentar y fortalecer la educación en la Iglesia, aunque anteriormente se había asignado al Comité del Sacerdocio de Melquisedec. DESCARGAR

CIERREN SUS CORAZONES

CIERREN SUS CORAZONES

Estos comentarios fueron hechos por el Presidente Kimball (en aquel entonces cono miembro del Consejo de los Doce) mientras estaba en un tour de la misión de Latinoamérica entre el año 1967 o 1968. Esto fue dicho a los misioneros de esa misión antes de ser entrevistados por el Presidente.

"Si existen problemas en la misión que podáis sacar a luz para que yo pueda ayudar a vuestro presidente y a vosotros, me encantaría hacerlo. Si hay situaciones que son difíciles, si hay problemas que son desconocidos, permitidme daros un ejemplo.

En una de las misiones encontré una situación mala. Uno o dos misioneros habían roto las reglas (como el Presidente. dijo esta mañana). Ellos empezaron por romper algunas reglas solamente. Todo lo que hicieron fue sólo ir a una cierta casa cada domingo por la noche para cenar. El Presidente no sabía nada hacerca de eso. No fue muy serio; debían haber estado en su pensión estudiando. Pero esto fue una costumbre cada semana. 

Después de un tiempo, esos misioneros estaban trayendo a otros y pronto estuvieron bailando los domingos por la noche algunos de ellos. Y entonces estuvieron flirteando un poco y entonces algunos empezaron a jugar naipes cada domingo por la noche. ¡Y entonces estaban bailando en lo oscuro con algunas de las hijas de los Santos! 

La próxima cosa que sabemos que pasó fue una excomunión.

Fui allá y todas las cosas quedaron claras. Supe que un chico estuvo a punto de ser excomulgado. Ciertamente había cerca de 18 misioneros en esa área que habían caminado como ovejas al borde del precipicio. Ellos no habían intentado hacer algo malo, sino que simplemente siguieron al líder. Habían ido a cenar allá, y se habían puesto a flirtear un poquito. 

Pero el caso es que había 18 misioneros que sabían que ese chico había ido demasiado lejos. Ellos sabían que él estaba besuqueando y acariciando a una chica, pero nunca dijeron nada. 

Cuando los entrevisté, les pregunté: ¿Por qué no le dijeron al Presidente las cosas malas que estaban sucediendo? 

Uno de ellos dijo: Pues, no me meto en asuntos ajenos. Este élder puede hacer lo que le plazca - ¡Si él quiere arruinar su misión, para mí está bien, es su problema, es su misión! ¡Si él quiere arruinar su vida, es su decisión, es SU vida!" 

Y entonces les dije a estos eíderes:" ¿Qué es de sus misiones? ¿No es ésta su misión también? ¿No es ésta su iglesia también? ¿Van a permitir que una persona haga más daño del que ustedes pueden reparar? ¿Van a permitir que haya un misionero que arruine todo lo que ustedes hicieron acá? 

Usted ha estado 20 meses acá, élder, y ha estado trabajando bastante duro y a veces usted, ha hecho una obra notable. ¿Va a permitir que un escándalo, un escándalo aquí, anule todo lo que usted ha hecho? ¿Va a permitir eso? ¿Está dispuesto a hacerlo?" El dijo: " Bueno, no lo había pensado así." 

Bien, pues eso es lo que pasa, ¿no es así, eíderes? ¡Esta es vuestra misión! ¡Esta es vuestra iglesia! Un escándalo en una comunidad aniquila toda vuestra obra, quizás la que todos juntos podríais hacer. El trabajo de dos años anulado por un escándalo en la comunidad. ¿Pensáis vosotros que tenéis una lealtad? ¿Y dónde están vuestras lealtades? ¿Sois leales a vosotros mismos? ¿Sois leales a vuestros compañeros? ¿Estáis dispuestos a permitirle continuar y continuar hasta que caiga? 

Cuando él fue excomulgado, fue un día triste para esa misión, porque él fue un buen joven y todos los misioneros le amaban, y algunos de ellos lloraban. !Sí, lo recuerdo! ¡Algunos de ellos estaban llorando! ¡Su hermano había sido excomulgado y enviado a casa en deshonra!

Y entonces les dije: Elderes, ¿saben quién excomulgó a este chico? No fui yo; ni su Presidente; ni tampoco el tribunal de elderes. ¡Fueron ustedes! ¡Ustedes excomulgaron a su hermano! ¿Cómo? ¡Pues su ustedes hubieran ido hablarle al élder cuando estaba rompiendo las reglas diciéndole! ¡Elder, no vamos a hacer eso!, eso hubiera cambiado todo el problema. Todos nosotros perdemos espiritualidad cuando cosas así pasan.

Ahora supongamos que él no hubiera hecho caso y ustedes le hubieran dicho otra vez: ¡Elder, usted no debe hacer eso! ¡No podemos estar haciendo ese tipo de cosas!

Y entonces supongamos que ustedes, hubieran ido por tercera vez y le hubiera dicho: ¡Elder, lo siento pero si usted no desiste voy a tener que decírselo al presidente de la misión, porque no voy a permitirle que se destruya a sí mismo! 

¡Yo pienso demasiado en ustedes! ¡No voy a permitir que destruya esta misión! ¡Yo pienso mucho en la misión! ¡No voy a ir hasta el Presidente como un soplón, pero voy a avisarle para que él pueda proteger todo el programa si usted no desiste!

Vosotros podéis ver que no hay nada feo en esto, ¿o sí? Así es como debe ser porque nuestra lealtad es primero al Señor, a la Iglesia, a la misión y al mundo.Ahora otro pequeño incidente que está relacionado con este. 

En una misión de los EE.UU., un día un vecino entro en la casa de un miembro nuevo. La vecina no era miembro, pero ella vino y estaba acostumbrado a entrar en la casa sin golpear. Así que ella fue a la casa este día y vio a su amiga, la hermana SUD, sentada en una silla y a un élderes sentado a sus pies – y esto os dejara perplejo - ¡El élder estaba cortando las uñas de los pies de la hna. O pintándosela o algo así. 

Bueno, esto no fue un pecado imperdonable, pero fue indiscreto, ¿no? Aunque nada más estaba pasando, tenemos a un élder sentado en el suelo, sin tener puesta su corbata ni el saco y una mujer en parte vestida y el élder pintándole las uñas o haciendo algo. Por causas de esto, ¡la ciudad fue cerrada! Esta vecina que no era miembro salió y esparció este incidente por todo el barrio y por toda la ciudad; y aunque hubieron muchos conversos con el paso de los años, esta ciudad fue cerrada, absolutamente cerrada a la obra misional por veinte años. 

¿Pensáis que los misioneros pudieron entrar en esa ciudad? ¡Por supuesto que no pudieron! ¡Porque todavía se recordaba esa indiscreción! Ellos no habían cometido un pecado, por lo menos estoy muy seguro de que él nunca ha hecho algo inmoral. Pienso que no fue nada más que una fea indiscreción. Y fue bastante fea, ¿verdad? ¡Fue lo que llevo a cerrar esa ciudad! ¿Comprendéis? 

Por eso digo que la misión pertenece a vosotros; sois 150 en total y esta misión pertenece a vosotros. Cualquier cosa mala que suceda en esta misión hace que sea masa difícil enviar misioneros y también es más difícil hacer cualquier cosa. 

Y también se hace más difícil entrar en los hogares donde se han oído cosas feas acerca de la Iglesia. Por eso un élder no está solo; no puede estar solo. Tiene que estar en armonía con el programa, ¿no? ¡Y cada uno de vosotros está interesado! ¡Todos! Y a vosotros no os conviene permitir que vuestro compañero o que cualquier persona que conozcáis haga que vuestro compañero realice algo muy grave trayendo problema no solo a vosotros sino al programa también. 

Pensad en esto un poco, porque muchas personas dicen: ¡Yo no voy a ser un soplón! Pero de ninguna manera es así. ¡Es un aviso, como si vierais a dos ladrones entrando en la casa de vuestro vecino! Algunos dirían: Pues, no diré nada sobre esos ladrones. ¡Que se escapen! ¡Es el problema de mi vecino! 

¡NO!, DEBEMOS INVOLUCRARNOS. Nos involucramos: vamos rápido hasta el teléfono y llamamos a la policía…. 

Si vemos a alguien que le está haciendo daño o atentando contra su vida – como paso en New York hace un tiempo atrás: una chica fue acuchillada y cortada en pedazos por algún maniático y habían personas presenciando el hecho, y NO HICIERON NADA. ¡Ella grito pidiendo ayuda! Pero nadie se movió. Ni siquiera llamaron a la policía. Y allí en la calle yacía muerta la pobre chica. NADIE QUIZO INVOLUCRARSE. 

Es tiempo de que EMPECEMOS A INVOLUCRARNOS, y esto empieza por cada uno. Y cuando cualquier misionero en cualquier misión empieza a romper las reglas, ES EL TIEMPO en que TODOS SUS COMPAÑEROS DEBE INVOLUCRARSE. 

¡No significa que se encarguen de dirigir a la persona! ¡No significa que sean descorteses! Significa que ellos estén interesados y se involucren, y hay una manera amable para hacerlo. 

Os digo que no sería tanta las reglas rotas si un misionero dijera al otro: Elder no vamos a hacer esto, ¡no vamos a ir allá y hablar con esa Chica! ¡Eso no es bueno! Y si logramos detenerlo cuando recién ha empezado a hacer algo malo es mucho mejor que cuando se encuentra en una TRINCHERA, pues es muy difícil cavar por fuera. 

Muchas veces tenemos que mandar misioneros a casa, a su familia, en deshonra (frecuentemente excomulgados) porque quizás sus compañeros no le amaron lo suficiente. Quizás sus compañeros no fueron valientes para decir: USTED SE ESTA SALIENDO UN POCO DE LA RAYA. No vamos a hacer esto, vamos a preocuparnos y hacer esto, esto, y esto. 

Estas reglas misionales, como ven, son muy importantes. Hemos temidos 137 años de experiencia. Me parece que es bastante como para probar algo, ¿No? 

Durante 137 años hemos llegado a la conclusión de que si dos personas se quedan juntas las posibilidades de pecar o de tener problemas se reducen alrededor de un 98%. Y una vez cada mucho tiempo dos compañeros se vuelven malos, pero esto no es común. 

¡Si tan solo los misioneros CERRARAN SUS CORAZONES cuando salen de Salt Lake para su misión! Si tienen una chica dentro de su corazón, está bien, ¡pero ENCERADA ADENTRO! Pero, si no la tenéis adentro, entonces CERRAR VUESTRO CORAZON para con todas las otras chicas; y esto también se aplica para las hermanas igualmente. Estoy hablando principalmente a vosotros, elderes. ¡Vosotros CERRAD VUESTRO CORAZONES y DEJAD la LLAVE en casa y JAMAS LOS ABRAIS AQUÍ! ¡Es imposible enamorarse de alguien a menos que se abra vuestro corazón! Vuestro corazón es el único órgano que tiene la habilidad para estar enamorado, y cuando el misionero dice: ¡Me enamore de esa chica!, es porque QUIZO enamorarse. No nos enamoramos a menos que queramos recibir una sorpresa. Nunca nos caemos en un cráter a menos que estemos caminando por el borde del cráter. 

He estado en el Vesubio y también sobre varios cráteres y volcanes y yo sé que uno no se cae en un cráter a menos que – esté en el borde de un cráter. Así que simplemente ¡GUARDAD CERADOS VUESTROS CORAZONES! Dije `cerradlos en Salt Lake o cuando salen para la Casa de la Misión, y NO LES DEIS PENSAMIENTOS. 

Ahora si vosotros decís: esta chica es más o menos bonita, o ella es una chica muy dulce o me gustaría hablar con ella o solo me gustaría visitarla, entonces estas a punto de tener problema os puede traer más problemas en el transcurso de vuestras vidas y también mucha pesadumbre. 

¿Me permitís insistir otra vez? ¡CERRAD VUESTROS CORAZONES Y DEJAD LA LLAVE EN CASA! ¡Doquier viváis, dejad la llave en casa con vuestros padres! 

Alguien pregunto: ¿Hay daño alguno en casarse con una chica Mexicana si usted está haciendo la misión en México? ¡No eso no es un crimen pero prueba que algún misionero ha tenido su corazón abierto! ¡EL lo abrió! ¿Es malo casarse con una chica Alemana habiendo estado usted en la misión en Alemania? ¡No, no es un crimen, si usted la conoció en alguna otra manera! Pero cuando usted la conoce en el campo misional y ha abierto su corazón, ¡le digo que no es correcto! ¡Y usted ha disminuido su misión! 

Simplemente GUARDAD VUESTRO CORAZON CERRADO, TODOS vuestros PENSAMIENTOS deben estar en la Obra Misional. 

¿Puedo decirlo en una forma aun más clara? Me gustaría, porque no hay razón alguna para que un misionero este envuelto, ni aun en una manera decente con cualquier chica durante su tiempo en la misión. ¡Este no es el lugar! ¡Vosotros lo prometisteis! ¡Fuisteis al TEMPLO! ¡Acordaos de lo que hicisteis en el TEMPLO! ¡Recordad que prometisteis hacer todo para vivir los mandamientos! Este es uno de los mandamientos cuando entráis al CAMPO MISIONAL: ¡No te asociaras con mujeres jóvenes en cualquier otra base que no sea la base de proselitismo! Vosotros prometiste, y pienso que no os gustaría romper una promesa hecha ante el SEÑOR en su SANTO TEMPLO. Y cuando escribisteis la carta de aceptación al Presidente de la Iglesia, todo estaba implícito.

Vosotros sabéis, por supuesto, cada misionero sabe que no está yendo a la misión para cortejar ni para hallar esposa. Tendrás muchas oportunidades cuando regreséis a casa. El Campo Misional no es el LUGAR. 

A veces vemos a un hombre joven que no ha sido muy popular en casa; él ha sido muy tímido y no ha tenido muchas salidas con chicas. Así que cuando llega al campo misional y alguien lo lisonjea un poco – alguna chica muestra mucho interés en el – entonces el comienza a lisonjear. También piensa: ¡Con ella debo casarme! 

Pero a él le digo esto una vez más: CIERRE SU CORAZON EN CASA y si no lo ha hecho, HAGALO AHORA Y MANDE LA LLAVE A CASA. 

No permitáis que entre a vuestra mente alguna impresión o pensamiento romántico. 

Por dos años os habéis consagrado al Señor, totalmente, para enseñar el Evangelio al mundo. Cuando hayáis hecho esto perfectamente por dos años, entonces al volver a casa seréis infinitamente más atractivo más hábil más digno, más maduro para tomar decisiones importantes, relacionadas con la persona con quien compartir la Eternidad.

Ahora, no tratéis en hacer esto; más bien ¡HACEDLO! 

Espero no haberos ofendido de alguna manera. Pero espero que entendáis el Espíritu de esto y si conocierais algún problema que se están empezando a desarrollar gracias a un misionero que se está pasando de la raya, me gustaría que le hablarais en una manera amable y amorosa, diciéndole que si persiste en seguir ese camino equivocado, entonces hay algo más que hacer y vosotros tenéis la lealtad para hacerlo. Que Dios os bendiga a vosotros, misioneros, y espero visitaros más adelante.

EL SERMON DE KING FOLLETT

EL SERMON DE KING FOLLETT

El discurso en los funerales de King Fóllett, una de las obras clásicas de la literatura de la Iglesia, fue pronunciado por el profeta José Smith, en la conferencia de la Iglesia efectuada en Nauvoo, Illinois, el 7 de abril de 1844, ante una congregación de aproximadamente veinte mil personas. La relación del discurso hace la observación de que era el discurso de los funerales del élder King Follett, amigo íntimo del Profeta, que había fallecido en un accidente el 9 de marzo. Las notas del discurso fueron tomadas por Willard Richards, Wilford Woodruff, Thomas Bullock y William Clayton. Esta reimpresión fue tomada de Documentary History of the Church, vol. 6, págs, 302-17. Dicho volumen aclara: “Este no era un informe estenográfico, sino que estaba preparado cuidadosa y hábilmente por estos hombres entrenados en informar y tomar notas. Evidentemente, existen algunas imperfecciones en el informe y algunos pensamientos expresados por el Profeta que no fueron pulidos y completados . . . ” Cabe mencionar que este discurso fue pronunciado dos meses antes de la muerte de José Smith. Durante este tiempo los enemigos de la Iglesia estaban sumamente activos, e indudablemente el Profeta anticipaba los inminentes acontecimientos.

Amados hermanos, quisiera que esta asamblea me prestara su atención mientras os hablo sobre el tema de los muertos. El fallecimiento de nuestro querido hermano, King Follett, quien murió triturado en un pozo, al venírsele encima una tina llena de piedras, es lo que más me ha motivado a tratar este tema. Sus amigos y parientes me han rogado que tome la palabra, pero en vista de que muchos de los de esta congregación, que viven en esta ciudad y en otras partes, también han perdido algún amigo o pariente, desearía hablar sobre el tema en general y presentaros mis ideas, hasta donde pueda, y hasta donde me inspire el Espíritu Santo para tratar este asunto. Necesito vuestras oraciones y fe a fin de poder recibir la instrucción de Dios Todopoderoso y el don del Espíritu Santo, para que pueda declarar cosas que son verdaderas y que fácilmente podáis comprender; y que el testimonio lleve a vuestro corazón y mente la convicción de la verdad de lo que diga. Rogad por que el Señor me fortalezca los pulmones y haga cesar el viento; y asciendan las oraciones de los santos a los oídos del Señor de los Ejércitos, porque las oraciones eficaces de los justos logran mucho. Hay poder en ellas, y verdaderamente creo que vuestras oraciones serán atendidas. Antes de entrar de lleno en la investigación del tema que tengo por delante, deseo preparar el camino y presentar el asunto desde el principio, a fin de que podáis entenderlo. Expondré algunas cosas preliminares para que podáis entender el tema cuando llegue a él. No es mi intención halagar vuestros oídos con superfluidad de palabras, ni oratoria, ni con mucha sabiduría, sino que deseo edificaros con las verdades sencillas del cielo. La naturaleza de Dios En primer lugar, deseo retroceder hasta el principio, hasta la mañana de la creación. Allí está el punto de partida que debemos examinar, a fin de entender y conocer bien la mente, propósitos y decretos del Gran Elohim, que se sienta allá en los cielos, como lo hizo cuando fue creado este mundo. Se precisa que tengamos un entendimiento de Dios mismo en el principio. Si empezamos bien, es fácil seguir marchando bien; pero si empezamos mal, podemos desviarnos y será difícil volver a orientarnos. No son sino pocos los seres en el mundo que entienden correctamente la naturaleza de Dios. La gran mayoría del género humano no comprende nada, ni lo que corresponde a lo futuro, en lo que respecta a su relación con Dios. No saben ni entienden la naturaleza de esa relación; y consiguientemente, no saben sino poco más que el animal, o poco más que comer, beber y dormir. Esto es todo lo que el hombre sabe acerca de Dios y su existencia, a menos que se dé el conocimiento por la inspiración del Omnipotente. Si un hombre no aprende más que a comer, beber y dormir, y no entiende ninguno de los propósitos de Dios, el animal hace las mismas cosas: come, bebe, duerme y no sabe más acerca de Dios; sin embargo, sabe tanto como nosotros, a menos que podamos comprender la naturaleza divina mediante la inspiración del Dios Todopoderoso. Si los hombres no entienden el carácter de Dios, no se entienden a sí mismos. Quiero volver hasta el principio, y así elevar vuestras mentes a una esfera más elevada y un entendimiento más avanzado de lo que la mente humana generalmente anhela. Deseo pedir a esta congregación, a todo hombre, mujer y niño, que cada cual conteste en su corazón: ¿Qué clase de ser es Dios? Preguntaos; escudriñad vuestros corazones y decid si alguno de vosotros lo ha visto, oído o se ha comunicado con El. Es una pregunta que podéis meditar mucho tiempo. Vuelvo a repetir la pregunta: ¿Qué clase de ser es Dios? ¿Lo sabe algún hombre o mujer? ¿Lo ha visto : alguno de vosotros, o lo ha oído, o se ha comunicado con El? He aquí la pregunta que quizás de hoy en adelante recibirá vuestra atención. Las Escrituras nos informan: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3). Si un hombre no conoce a Dios, y tiene que preguntar qué clase de ser El es, si busca diligentemente en su propio corazón para saber si la declaración de Jesús y los apóstoles es cierta, comprenderá que no tiene la vida eterna; porque no puede haber vida eterna sino de acuerdo con este principio. Mi primer objeto es conocer el carácter del unico Dios sabio y verdadero, y qué clase de ser El es; y si soy tan afortunado que llego a comprender a Dios, y explico o hago llegar los principios a vuestros corazones, de tal manera que el Espíritu los sella sobre vosotros, entonces de aquí en adelante todo hombre y mujer debe guardar silencio, taparse la boca con la mano y nunca jamás volver a levantar la mano o la voz y decir algo contra el varón de Dios o los siervos de Dios. Mas si no lo hago, tengo la obligación de renunciar a toda pretensión de recibir revelaciones e inspiraciones o de ser profeta; y sería un falso maestro como el resto del mundo, entonces me recibirían como su amigo y nadie atentaría contra mi vida. Pero si todos los maestros religiosos tuviesen la sinceridad suficiente para renunciar a sus pretensiones de santidad, cuando se pone de manifiesto su ignorancia del conocimiento de Dios, se hallarían en tan mala situación como yo, por lo menos; y bien pueden matar a otros maestros falsos, junto conmigo, si yo soy falso. Si alguien cree y dice que soy un maestro falso, entonces, de acuerdo con el mismo principio, tenemos razón para quitar la vida a todo maestro falso, ¿y dónde pararía el derrame de sangre? ¿Y quién no sufriría? El privilegio de la libertad religiosa Pero no hay que altercar con ningún hombre a causa de su religión; y todos los gobiernos deberían permitir que cada hombre ejerciera su religión sin ser molestado. Ningún hombre está autorizado para quitarle la vida a otro, por motivo de diferencias en cuanto a la religión, la cual todas las leyes y gobiernos deberían de tolerar o proteger, ya fuere verdadera o falsa. Todo hombre tiene el derecho natural, y en nuestro país, el derecho constitucional, de ser un profeta falso así como uno verdadero. Si yo verdaderamente muestro que tengo la verdad de Dios, y puedo probar que noventa y nueve de cada cien de los que profesan ser ministros religiosos son maestros falsos sin autoridad, que pretenden tener las llaves del reino de Dios sobre la tierra, y me pongo a matarlos porque son maestros falsos, bañaría el mundo entero en sangre. Demostraré que el mundo está en error, declarando lo que Dios es. Voy a preguntar acerca de Dios, porque quiero que todos vosotros lo conozcáis y que os familiaricéis con El; y si os doy el conocimiento de El, toda persecución contra mí debería de cesar. Así sabréis que yo soy su siervo; porque hablo como uno que tiene autoridad. Dios es un hombre glorificado Volveré al principio, antes que el mundo fuese, para mostrar la clase de ser que Dios es. ¿Cómo era Dios en el principio? ¡Sean abiertos vuestros oídos y escuchad, oh confines de la tierra, porque os lo mostraré por medio de la Biblia, y os declararé los propósitos de Dios respecto de la raza humana, y porqué interviene en los asuntos de los hombres! ¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre glorificado, y está sentado sobre su trono allá en los cielos! Ese es el gran secreto. DESCARGAR SERMON COMPLETO

UN ESCENARIO PARA EL LIBRO DE MORMON

UN ESCENARIO PARA EL LIBRO DE MORMON

El libro que está ahora en sus manos demuestra el error y los prejuicios de la triste valoración de Fraser. Aquí hay una historia consistente. Aquí están los resultados de una lectura cuidadosa. Aquí hay una información creíble que sitúa al Libro de Mormón en el entorno del Nuevo Mundo de la antigüedad.

Este libro ha estado en preparación muchos años y perdurará durante años. Se requerirá su lectura a todos aquellos interesados en la antigüedad del Libro de Mormón. Aquellos que hagan observaciones acerca de la historicidad de los registros que se encuentran en el Libro de Mormón de ahora en adelante o son unos irresponsables o no están informados o ignoran la presente obra del doctor Sorenson.

Así como este estudio será fundamental para las investigaciones futuras, también es el producto de la tendencia, de las últimas tres décadas, hacia un estudio serio del Libro de Mormón. Muchos de los que lean este libro pueden apreciar lo lejos que han llegado estos estudios.

Durante estos años, se han tomado diferentes vías para investigar sobre el Libro de Mormón. Algunas han sido apologéticas, hostiles, polémicas o eclécticas. Algunas han representado al Libro de Mormón como una prueba de la autenticidad, fecundidad y poder de la Restauración bajo el liderazgo del profeta José Smith.

Eruditos santos de los últimos días, como George Reynolds y B. H. Roberts, han sugerido la necesidad de un examen sincero y sistemático de los libros seculares relevantes, pero ellos no podían prever cuándo se llevaría a cabo un trabajo serio histórico y analítico.

El surgimiento de metodologías histórico-críticas en los estudios bíblicos trajo consigo técnicas para examinar el lenguaje y la composición de las escrituras hebreas antiguas, y se ha probado que éstas son efectivas a la hora de examinar los textos del Libro de Mormón. El sorprendente descubrimiento de documentos como los rollos del Mar Muerto también invitó a los especialistas santos de los últimos días a comparar el material que nos da el Libro de Mormón con las prácticas de otros pueblos religiosos antiguos. Sidney B. Perry adoptó la línea lingüística; él dijo a menudo que, sólo basándose en sus conocimientos del hebreo, sabía que el Libro de Mormón no podía haber tenido su origen exclusivamente en el siglo XIX.. DESCARGAR

JOSE SMITH , REVELADOR DE VERDAD