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LA VERDAD RESTAURADA

Enseñe a la familia a Predicar el Evangelio

Enseñe a la familia a Predicar el Evangelio

Cuando una de mis hijas tenía diez años, hablamos como familia sobre cómo emplear el Espíritu para influir en las demás personas.

Un día, mientras estaba hablando con su maestra de piano, la cual no era miembro de la Iglesia y venía a nuestra casa para darle clases, sintió una inspiración. Le dijo a su maestra, percibiendo que esto le haría sentir el Espíritu: "Cantemos juntas". La maestra estuvo de acuerdo, así que mi hija le dio un himnario a propósito para que tocase un himno. La maestra tocó los himnos con facilidad y ambas cantaron juntas. Después de cantar algunos himnos, nuestra hija recibió la impresión adicional de cantar "En el pueblo de Sión", cuya letra habla de no utilizar tabaco, te, café ni alcohol, todo lo cual utilizaba la maestra. Esta buena hija comenzó a cantar la letra con la maestra, pero ésta se quedó atascada y no pudo continuar cantando. Como resultado de la iniciativa de nuestra hija, pudimos, como familia, enseñarle más cosas del Evangelio a la maestra.

Unas semanas más tarde, esta misma pequeña desafió a un grupo de maestros de la escuela a que dejaran de tomar café (los maestros estaban en el descanso tomando café). Les dijo que iba en contra de los mandamientos del Señor. Una maestra, con la voz un tanto entrecortada, nos llamó para informarnos de lo que había hecho nuestra hija. Este tipo de experiencias edifican una verdadera fe en el niño. Resultó interesante ver cuán valiente fue y, ahora, siendo adolescente, qué gran espíritu misional conserva todavía. Esas experiencias le han sido de gran beneficio.

Tenemos que asegurarnos de que, al enseñar a nuestros hijos a guardar los mandamientos, no omitamos la obra misional. Los niños pueden tener una gran influencia en traer personas a Cristo y, al tener estas experiencias, desarrollarán un deseo de servir como misioneros regulares cuando sean mayores. Debemos enseñar a nuestros hombres adolescentes y, cuando sea apropiado, a las mujeres jóvenes, a servir una misión. Todos los varones jóvenes deben estar preparados para servir. Nosotros siempre hemos sentido que nuestras hijas debían estar preparadas para servir una misión o para casarse en el templo, sin importar cuál de las dos opciones llegara primero. Hemos enseñado a todos nuestros hijos a ahorrar dinero para servir una misión y para casarse. Cuando usted enseñe a sus hijos a prepararse para el servicio misional, quizás quiera considerar lo siguiente:

1. Haga mención en las oraciones familiares al momento en que ellos sirvan una misión, y ore para que se preparen para hacerlo. Algunos padres han dicho: "Oraremos por ellos cuando estén allí".

2. Recuerde a sus hijos los convenios que han hecho en la vida premortal para "obrar en [la viña del Señor] en bien de la salvación de las almas de los hombres" (D&C 138:56).

3. Recuerde particularmente a los jóvenes que el servicio misional es parte inherente del sacerdocio. Cuando ellos reciben su ordenación, reciben también el cometido de llamar al mundo al arrepentimiento.

4. Asegúrese de que sus hijos reciban la bendición patriarcal cuando sea el momento apropiado. Esta bendición será una guía enorme para ellos a lo largo de los años, y a muchos les dará instrucción detallada sobre la obra misional.

5. Comparta experiencias misionales propias y de otras personas.

6. Enseñe a sus hijos que una misión es otra escala en el camino hacia la exaltación que les preparará para el resto de la vida. Si verdaderamente enseñamos a nuestros hijos la importancia de la obra misional, serán enormemente bendecidos.

 

Hay una misión de la familia, del mismo modo que hay una misión de la Iglesia. La misión de la familia consiste también en proclamar el Evangelio, perfeccionar a sus miembros y redimir a sus antepasados que han fallecido. Enseñe a sus hijos tanto por el ejemplo como por el precepto y serán grandes misioneros —en cada uno de estos aspectos.

1 comentario

Oscar Nuñez -

Sería tan bueno citar la fuente de estos poderosos artículos para terminar con le mala costumbre de "como lo dijo una autoridad general" (¿quien?, ¿cuando?)
Se lo agradeceré